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Pero el SEÑOR tu Dios se negó a escuchar a Balán y el SEÑOR cambió la maldición por una bendición para ti, porque el SEÑOR tu Dios te ama. Nunca en la vida hagas algo en beneficio o para prosperidad de ellos.

No odies a ningún edomita, porque él es tu hermano. No odies a ningún egipcio porque fuiste inmigrante en su país.

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