Add parallel Print Page Options

El terror del pueblo(A)

22 »Estas palabras las pronunció Jehová con potente voz ante toda vuestra congregación, en el monte, de en medio del fuego, la nube y la oscuridad, y no añadió más. Luego las escribió en dos tablas de piedra, que me entregó a mí. 23 Cuando oísteis la voz de en medio de las tinieblas y visteis el monte que ardía en llamas, vinisteis a mí todos vosotros, príncipes de las tribus y ancianos, 24 y dijisteis: “Jehová, nuestro Dios, nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz, que sale de en medio del fuego. Hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive. 25 Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir? —porque este gran fuego nos consumirá—; si seguimos oyendo la voz de Jehová, nuestro Dios, moriremos. 26 Pues, ¿qué es el hombre para que oiga la voz del Dios viviente hablando de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva? 27 Acércate tú, y oye todas las cosas que diga Jehová, nuestro Dios. Tú nos dirás todo lo que Jehová, nuestro Dios, te diga, y nosotros oiremos y obedeceremos.”

28 »Jehová oyó vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo: “He oído las palabras de este pueblo, lo que ellos te han dicho; bien está todo lo que han dicho. 29 ¡Ojalá siempre tuvieran tal corazón, que me temieran y guardaran todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuera bien para siempre! 30 Ve y diles: Volveos a vuestras tiendas. 31 Y tú quédate aquí conmigo; yo te diré todos los mandamientos, estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy en posesión.” 32 Mirad, pues, que hagáis como Jehová, vuestro Dios, os ha mandado. No os apartéis a la derecha ni a la izquierda. 33 Andad en todo el camino que Jehová, vuestro Dios, os ha mandado, para que viváis, os vaya bien y prolonguéis vuestros días en la tierra que habéis de poseer.

Read full chapter