Add parallel Print Page Options

25 Pero ¿por qué tenemos que arriesgarnos de nuevo a morir devorados por este terrible fuego? Si seguimos oyendo la voz del Señor nuestro Dios, moriremos. 26 Pues ¿qué mortal existe, que habiendo oído la voz del Dios vivo hablándole desde el fuego, como la hemos oído nosotros, haya vivido para contarlo? 27 Por eso, acércate tú al Señor nuestro Dios, escucha todo lo que él te diga, y luego tú nos lo transmites. Nosotros lo escucharemos y lo obedeceremos”.

Read full chapter