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15 Había en la ciudad un sabio muy pobre, que sabía lo que debía hacerse para salvar la ciudad, y eso la libró. Pero después nadie se acordó más de él. 16 Entonces me di cuenta de que si bien la sabiduría es mejor que la fuerza, si el sabio es pobre, será menospreciado y no se apreciará lo que diga. 17 Pero aun así, las serenas palabras del sabio son mejores que los clamores del rey de los necios.

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