17 para que por fe Cristo habite en sus corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor,

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17 para que por la fe Cristo habite en sus corazones, y para que, arraigados y cimentados en amor,

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17 de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones(A); y que arraigados(B) y cimentados(C) en amor,

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17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor,

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Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!

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Examínense ustedes mismos y vean si permanecen en la fe; pónganse a prueba ustedes mismos. ¿O acaso ustedes mismos no se conocen? ¿Acaso no saben que Jesucristo está en ustedes? ¡A menos que no hayan pasado la prueba!

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Poneos a prueba(A) para ver si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos(B). ¿O no os reconocéis a vosotros mismos de que Jesucristo está en vosotros, a menos de que en verdad no paséis la prueba[a](C)?

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Footnotes

  1. 2 Corintios 13:5 Lit., estéis desaprobados

Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?

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26 De un solo hombre hizo todas las naciones[a] para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios. 27 Esto lo hizo Dios para que todos lo busquen y, aunque sea a tientas, lo encuentren. En verdad, él no está lejos de ninguno de nosotros, 28 “puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos”. Como algunos de sus propios poetas han dicho: “De él somos descendientes”.

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Footnotes

  1. 17:26 todas las naciones. Alt. todo el género humano.

26 De un solo hombre hizo a todo el género humano, para que habiten sobre la faz de la tierra, y les ha prefijado sus tiempos precisos y sus límites para vivir, 27 a fin de que busquen a Dios, y puedan encontrarlo, aunque sea a tientas. Pero lo cierto es que él no está lejos de cada uno de nosotros, 28 porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya algunos poetas entre ustedes lo han dicho: “Porque somos linaje suyo.”

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26 y de uno[a] hizo todas las naciones del mundo[b](A) para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación(B), 27 para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotros(C); 28 porque en Él vivimos, nos movemos y existimos[c](D), así como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: «Porque también nosotros somos linaje suyo».

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Footnotes

  1. Hechos 17:26 Algunos mss. posteriores dicen: de una sangre
  2. Hechos 17:26 Lit., toda la raza humana
  3. Hechos 17:28 Lit., somos

26 Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27 para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28 Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.

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27 A estos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

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27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los no judíos, y que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

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27 a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria(A) de este misterio(B) entre los gentiles, que es Cristo en vosotros(C), la esperanza(D) de la gloria.

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27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

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Porque Dios, que dijo: «¡Que la luz resplandezca en las tinieblas!»,[a] hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Jesucristo.

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Footnotes

  1. 4:6 Gn 1:3.

Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz,(A) es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.

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Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz(A), es el que ha resplandecido en nuestros corazones(B), para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo(C).

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Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz,(A) es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

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18 Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos[a] como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.

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Footnotes

  1. 3:18 reflejamos. Alt. contemplamos.

18 Por lo tanto, todos nosotros, que miramos la gloria del Señor a cara descubierta, como en un espejo, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

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18 Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo(A) la gloria del Señor(B), estamos siendo transformados en la misma imagen(C) de gloria en gloria, como por el Señor(D), el Espíritu.

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18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

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Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!».

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Y por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: «¡Abba, Padre!»

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Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones(A), clamando: ¡Abba! ¡Padre(B)!

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Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

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