¹⁷ de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones^(A); y que arraigados^(B) y cimentados^(C) en amor,

⁵ Poneos a prueba^(A) para ver si estáis en la fe; examinaos a vosotros mismos^(B). ¿O no os reconocéis a vosotros mismos de que Jesucristo está en vosotros, a menos de que en verdad no paséis la prueba^[a](C)?

²⁶ y de uno^[a] hizo todas las naciones del mundo^[b](A) para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación^(B), ²⁷ para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotros^(C); ²⁸ porque en Él vivimos, nos movemos y existimos^[c](D), así como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: «Porque también nosotros somos linaje suyo».

²⁷ a quienes Dios quiso dar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria^(A) de este misterio^(B) entre los gentiles, que es Cristo en vosotros^(C), la esperanza^(D) de la gloria.

⁶ Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz^(A), es el que ha resplandecido en nuestros corazones^(B), para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo^(C).

¹⁸ Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo^(A) la gloria del Señor^(B), estamos siendo transformados en la misma imagen^(C) de gloria en gloria, como por el Señor^(D), el Espíritu.

⁶ Y porque sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones^(A), clamando: ¡Abba! ¡Padre^(B)!

¹⁹ Hijos míos^(A), por quienes de nuevo sufro dolores de parto^(B) hasta que Cristo sea formado en vosotros^(C),

¹¹ una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío^(A), circunciso e incircunciso^[a](B), bárbaro^[b](C), escita^[c], esclavo o libre^(D), sino que Cristo es todo, y en todos^(E).