Add parallel Print Page Options

11 Dios mío, tú usaste a tus siervos los profetas para que nos dieran estas órdenes: “La tierra en que van a vivir y que será de ustedes es una tierra arruinada por las maldades que ha hecho la gente que vive allí. Ellos han contaminado esta tierra de extremo a extremo con sus pecados. 12 Así que, israelitas, no dejen que sus hijos se casen con los hijos de esa gente. No se unan a ellos, ni deseen las cosas que ellos tienen. Obedezcan mis órdenes y serán fuertes y disfrutarán lo bueno de la tierra. Luego podrán mantener este territorio y dárselo a sus hijos”.

13 »Todo el mal que hemos sufrido ha sido por nuestra culpa. Hemos hecho lo malo y hemos pecado mucho. Pero tú, nuestro Dios, nos has castigado mucho menos de lo que merecíamos por nuestros terribles pecados, y has dejado que algunos de nosotros escapemos del cautiverio.

Read full chapter