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El odio de Amán contra Mardoqueo

23 [9] Aquel día, Amán se fue alegre y contento. Pero cuando llegó a la entrada del palacio y vio que Mardoqueo no se ponía de pie, y ni siquiera se movía, se enfureció mucho. 24 [10] Sin embargo, no lo demostró, sino que se fue a su casa para buscar a sus amigos y a su esposa Zeres. 25 [11] Amán les habló de las grandes riquezas que poseía, de cuántos hijos tenía, de todos los honores que había recibido del rey, y de cómo le había dado autoridad sobre los asistentes y colaboradores del reino.

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