Add parallel Print Page Options

El rey se levantó del banquete y salió al jardín. Pero Amam, al ver la mala situación en que estaba, empezó a pedirle compasión a la reina. Cuando el rey volvió del jardín, Amam estaba inclinado sobre el diván en que se encontraba Ester, pidiéndole compasión. Entonces exclamó el rey:

—¿Acaso quieres también deshonrar a mi esposa en mi propia casa?

Al oír esto, Amam volvió la cara lleno de vergüenza. Entonces Bugatán, uno de los oficiales de la guardia personal del rey, dijo a éste:

—Amam ha mandado construir en su casa una horca de veintidós metros para Mardoqueo, el hombre que tan buen informe dio a Su Majestad.

—¡Pues cuélguenlo en ella! —ordenó el rey.

Read full chapter