5 El ruido de las alas de los querubines se oía hasta el atrio exterior, como la voz del Dios Todopoderoso[a] cuando habla(A).
4 y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues(A)?
Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation