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Tal vez ellos escuchen o dejen de escuchar, porque son una casa rebelde(A), sabrán que un profeta ha estado entre ellos(B). Y tú, hijo de hombre, no temas; no les temas a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones(C). No temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde(D). Les hablarás Mis palabras, escuchen(E) o dejen de escuchar, porque son rebeldes(F).

»Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te voy a dar(G)».

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Destierro del príncipe

12 Entonces vino a mí la palabra del Señor: «Hijo de hombre(A), tú habitas en medio de la casa rebelde(B); tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen(C), porque son una casa rebelde. Y tú, hijo de hombre, prepárate el equipaje del destierro y sal al destierro de día, ante sus ojos; sal al destierro desde tu lugar a otro lugar, ante sus ojos. Quizá entiendan, aunque son una casa rebelde(D).

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