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Llamamiento de Ezequiel

Y me dijo: Hijo de hombre, ponte en pie para que yo te hable(A). Y el Espíritu entró en mí mientras me hablaba y me puso en pie; y oí al que me hablaba(B). Entonces me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a una nación[a] de rebeldes que se ha rebelado contra mí; ellos y sus padres se han levantado contra mí(C) hasta este mismo día(D). A los hijos de duro semblante y corazón empedernido, a quienes te envío, les dirás: Así dice el Señor Dios[b](E). Y ellos, escuchen o dejen de escuchar, porque son una casa rebelde(F), sabrán que un profeta ha estado entre ellos(G). Y tú, hijo de hombre, no temas, no temas ni a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones(H); no temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde(I). Les hablarás mis palabras, escuchen(J) o dejen de escuchar, porque son rebeldes(K).

Y tú, hijo de hombre, escucha lo que te hablo; no seas rebelde como esa casa rebelde. Abre tu boca y come lo que te doy(L). Entonces miré, y he aquí, una mano estaba extendida hacia mí(M), y[c] en ella había un libro en rollo(N). 10 Él lo desenrolló delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y en él estaban escritas lamentaciones, gemidos y ayes(O).

Footnotes

  1. Ezequiel 2:3 Lit., naciones
  2. Ezequiel 2:4 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  3. Ezequiel 2:9 Lit., y he aquí

Llamamiento de Ezequiel

Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos. Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes. Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.

Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. 10 Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás;(A) y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.