Add parallel Print Page Options

Comisión del profeta

Y él me dijo: Hijo de hombre, come lo que tienes delante[a]; come este rollo(A), y ve, habla a la casa de Israel. Abrí, pues, mi boca(B), y me dio a comer el[b] rollo. Entonces me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu estómago y llena tu cuerpo[c](C) de este rollo que te doy. Y lo comí(D), y fue en mi boca dulce como la miel(E).

Me dijo además: Hijo de hombre, ve[d] a la casa de Israel y háblales con mis palabras. Porque no eres enviado a un pueblo(F) de habla incomprensible y lengua difícil[e](G), sino a la casa de Israel; tampoco a pueblos numerosos de habla incomprensible y lengua difícil[f] cuyas palabras no puedes entender. Sino que te he enviado a ellos; ellos te escucharán[g]. Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí(H). Ciertamente toda la casa de Israel es terca[h] y de duro corazón. He aquí, he hecho tu rostro tan duro como sus rostros, y tu frente tan dura como sus frentes. Como esmeril[i], más duro que el pedernal, he hecho tu frente. No les temas ni te atemorices ante ellos, porque son casa rebelde. 10 Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo(I), y escúchalas atentamente[j]. 11 Y ve[k] a los desterrados, a los hijos de tu pueblo; háblales y diles, escuchen o dejen de escuchar: «Así dice el Señor Dios[l]».

12 Entonces el Espíritu me levantó(J), y oí detrás de mí un gran ruido atronador(K): Bendita sea la gloria del Señor desde su lugar. 13  el ruido de las alas de los seres vivientes que se tocaban una a la otra, y el ruido de las ruedas junto a ellos(L), un gran ruido atronador. 14 Y el Espíritu me levantó y me tomó; yo iba con amargura en la indignación de mi espíritu, y la mano del Señor era fuerte sobre mí(M). 15 Entonces vine a los desterrados de Tel-abib que habitaban junto al río Quebar, y allí donde ellos vivían, estuve sentado siete días(N), atónito, en medio de ellos.

16 (O)Y sucedió que al cabo de los siete días vino a mí la palabra del Señor(P), diciendo: 17 Hijo de hombre, te he puesto por centinela(Q) de la casa de Israel; cuando oigas la palabra de mi boca, adviérteles de mi parte(R). 18 Cuando yo diga al impío: «Ciertamente morirás», si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero yo demandaré su sangre de tu mano(S). 19 Pero si tú has advertido al impío, y este no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, morirá él por su iniquidad, pero tú habrás librado tu vida(T). 20 Y cuando un justo se desvíe de su justicia y cometa iniquidad, yo pondré un obstáculo delante de él, y morirá; porque tú no le advertiste, él morirá por su pecado, y las obras de justicia que había hecho no serán recordadas(U), pero yo demandaré su sangre de tu mano(V). 21 Sin embargo, si tú has advertido al justo para que el justo no peque, y él no peca, ciertamente vivirá porque aceptó la advertencia(W), y tú habrás librado tu vida.

22 Allí vino sobre mí la mano del Señor, y Él me dijo: Levántate y ve a la llanura, y allí te hablaré(X). 23 Entonces me levanté y salí a la llanura; y he aquí, la gloria del Señor estaba parada allí, como la gloria que vi(Y) junto al río Quebar(Z), y caí rostro en tierra. 24 Y el Espíritu entró en mí, me hizo ponerme en pie y habló conmigo(AA), y me dijo: Ve, enciérrate en tu casa. 25 Y tú, hijo de hombre, mira, te echarán[m] cuerdas y con ellas te atarán(AB), para que no salgas en medio de ellos. 26 Y haré que tu lengua se te pegue al paladar y enmudecerás(AC), y no serás para ellos el hombre que reprenda, porque son una casa rebelde. 27 Pero cuando yo te hable, te abriré la boca(AD), y les dirás: «Así dice el Señor Dios[n]». El que oye, que oiga; el que rehúse oír, que rehúse; porque son una casa rebelde(AE).

Footnotes

  1. Ezequiel 3:1 Lit., lo que hallas
  2. Ezequiel 3:2 Lit., este
  3. Ezequiel 3:3 Lit., tus entrañas
  4. Ezequiel 3:4 Lit., ve, ven
  5. Ezequiel 3:5 Lit., profundidad de labio y pesadez de lengua
  6. Ezequiel 3:6 Lit., de profundidad de labio y pesadez de lengua
  7. Ezequiel 3:6 O, Si te hubiera enviado a ellos, ellos te escucharían
  8. Ezequiel 3:7 Lit., de frente obstinada
  9. Ezequiel 3:9 Lit., corindón
  10. Ezequiel 3:10 Lit., con tus oídos
  11. Ezequiel 3:11 Lit., ve, ven
  12. Ezequiel 3:11 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor
  13. Ezequiel 3:25 Lit., pondrán sobre ti
  14. Ezequiel 3:27 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor

Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.(A)

Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras. Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel. No a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran. Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón. He aquí yo he hecho tu rostro fuerte contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes. Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde. 10 Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. 11 Y ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.

12 Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová desde su lugar. 13 Oí también el sonido de las alas de los seres vivientes que se juntaban la una con la otra, y el sonido de las ruedas delante de ellos, y sonido de gran estruendo. 14 Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte sobre mí. 15 Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.

El atalaya de Israel

(Ez. 33.1-9)

16 Y aconteció que al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 18 Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. 19 Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. 20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. 21 Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.

El profeta mudo

22 Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo. 23 Y me levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro. 24 Entonces entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra, y enciérrate dentro de tu casa. 25 Y tú, oh hijo de hombre, he aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán, y no saldrás entre ellos. 26 Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde. 27 Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.