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Sólo sirve como leña;
en cuanto se queman sus puntas,
y el centro se hace carbón,
¡ya no sirve para nada!
Y si no es buena como leña,
¡mucho menos como carbón!

»Por eso yo les digo:
Los habitantes de Jerusalén
son como esa leña;
¡sirven sólo para avivar el fuego!

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