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Diles que oigan la palabra de Dios el Señor. Así dice Dios el Señor: “Cuando mi santuario era profanado y la tierra de Israel era asolada, y el pueblo de Judá era llevado en cautiverio, tú te burlaste de todo esto. Por eso voy a ponerte en manos de los orientales. Ellos pondrán en ti sus apriscos y plantarán en ti sus tiendas, se comerán lo que has sembrado y se beberán la leche de tus ganados. Haré de Rabá un pastizal de camellos, y de Amón un redil de ovejas. Así sabrán que yo soy el Señor.”

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