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«Hijo de hombre, cuando Jerusalén, que era la puerta de las naciones, fue conquistada, Tiro(A) se burló de ella y pensó en sacar provecho de su caída. Por eso yo, el Señor y Dios, estoy en contra de Tiro, y voy a lanzar contra Tiro a muchas naciones, que la azotarán como las olas del mar. Las murallas y las torres de Tiro se vendrán abajo. ¡Voy a barrerla por completo! ¡Voy a dejarla lisa como una peña!

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