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20 »”Por tanto Dios el Señor dice: ¡Por supuesto que discerniré entre los carneros corpulentos y las ovejas flacas! 21 Pues estos carneros empujan y acornean mi rebaño enfermo y hambriento hasta que están desparramados y alejados. 22 Así que yo mismo salvaré a mi rebaño; ya no más serán para rapiña, fácil presa de las fieras. Y yo notaré cuáles están engordadas y cuáles enjutas, y por qué.

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