30 Y Jacob le puso a aquel lugar el nombre de Peniel[a], porque dijo: «He visto a Dios cara a cara, y ha sido preservada mi vida[b](A)».
20 Y añadió: «No puedes ver Mi rostro; porque nadie me puede ver, y vivir(A)».
21 El ángel del Señor no se volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces Manoa supo que era el ángel del Señor(A).
22 Y Manoa dijo a su mujer: «Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Dios(A)».
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