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Sucedió después de estar allí muchos días, que Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer. Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo:

—¡He aquí, de veras ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”?

Isaac le respondió:

—Es que pensé que quizás moriría a causa de ella.

10 Abimelec le dijo:

—¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad.

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