²⁴ y a Jesús, el mediador del nuevo pacto^(A), y a la sangre rociada^(B) que habla mejor que la sangre de Abel^(C).

²⁵ Tengan cuidado de no rechazar^(D) a Aquel que habla^(E). Porque si aquellos no escaparon^[a](F) cuando rechazaron^(G) al que les amonestó^[b] sobre la tierra^(H), mucho menos^[c] escaparemos nosotros si nos apartamos de Aquel que nos amonesta^[d] desde el cielo^(I). ²⁶ Su voz hizo temblar entonces la tierra^(J), pero ahora Él ha prometido, diciendo: «Aún una vez más, Yo haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo^(K)».