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Por eso, temamos a Dios mientras tengamos todavía la promesa de entrar en su reposo, no sea que alguno de ustedes parezca haberse quedado atrás. Porque la buena nueva se nos ha anunciado a nosotros lo mismo que a ellos; pero de nada les sirvió a ellos el oír esta palabra porque, cuando la oyeron, no la acompañaron con fe. Pero los que creímos hemos entrado en el reposo, conforme a lo que él dijo:

«Por eso, en mi furor juré:
“No entrarán en mi reposo”»,(A)

aun cuando sus obras estaban acabadas desde la creación del mundo. En cierto lugar se dice así del séptimo día: «Dios reposó de todas sus obras en el séptimo día.»(B) Y una vez más dice: «No entrarán en mi reposo».(C) Por lo tanto, y puesto que aún falta que algunos entren en el reposo, y como aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de su desobediencia, vuelve a determinarse un día, «Hoy», al decir después de tanto tiempo, por medio de David:

«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan su corazón».(D)

Si Josué les hubiera dado el reposo,(E) no habría hablado después de otro día. De modo que aún queda un reposo para el pueblo de Dios. 10 Porque el que entra en su reposo, reposa también de sus obras, como Dios reposó de las suyas.(F)

11 Procuremos, pues, entrar en ese reposo, para que nadie siga el ejemplo de los que desobedecieron. 12 La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Nada de lo que Dios creó puede esconderse de él, sino que todas las cosas quedan al desnudo y descubiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que rendir cuentas.

Jesús el gran sumo sacerdote

14 Por lo tanto, y ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, retengamos nuestra profesión de fe. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. 16 Por tanto, acerquémonos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para cuando necesitemos ayuda.

Reposo de Dios y del creyente

Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la[a] promesa de entrar en su reposo[b], alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado(A). Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como también a ellos; pero la palabra que ellos oyeron[c] no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en[d] los que la oyeron(B). Porque[e] los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho:

Como juré en mi ira:
«no entrarán en mi reposo(C)»,

aunque las obras de Él estaban acabadas desde la fundación del mundo(D). Porque así ha dicho en cierto lugar(E) acerca del séptimo día: Y Dios reposó en el séptimo día de todas sus obras(F); y otra vez en este pasaje: no entrarán en mi reposo(G). Por tanto, puesto que todavía falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes antes se les anunció la buena nueva no entraron por causa de su desobediencia[f](H), Dios otra vez fija un día: Hoy. Diciendo por medio de[g] David después de mucho tiempo, como se ha dicho antes:

Si oís hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones(I).

Porque si Josué[h] les hubiera dado reposo(J), Dios no habría hablado de otro día después de ese. Queda, por tanto, un reposo sagrado para el pueblo de Dios. 10 Pues el que ha entrado a su reposo[i], él mismo ha reposado de sus obras(K), como Dios reposó de las suyas(L). 11 Por tanto, esforcémonos por entrar en ese reposo, no sea que alguno caiga siguiendo el mismo ejemplo(M) de desobediencia(N).

Poder de la palabra de Dios

12 Porque la palabra de Dios(O) es viva(P) y eficaz(Q), y más cortante que cualquier espada de dos filos(R); penetra hasta la división del alma y del espíritu(S), de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir[j] los pensamientos y las intenciones del corazón(T). 13 Y no hay cosa creada oculta a su vista[k](U), sino que todas las cosas están al descubierto[l] y desnudas(V) ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Jesús, el gran Sumo Sacerdote

14 Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote(W) que trascendió[m](X) los cielos, Jesús, el Hijo de Dios(Y), retengamos nuestra fe[n](Z). 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote(AA) que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros(AB), pero sin pecado(AC). 16 Por tanto, acerquémonos(AD) con confianza(AE) al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.

Footnotes

  1. Hebreos 4:1 Lit., una
  2. Hebreos 4:1 I.e., de Dios
  3. Hebreos 4:2 Lit., pero la palabra oída
  4. Hebreos 4:2 Muchos mss. dicen: por no estar ellos unidos por la fe con
  5. Hebreos 4:3 Algunos mss. antiguos dicen: Por tanto
  6. Hebreos 4:6 O, incredulidad
  7. Hebreos 4:7 O, en
  8. Hebreos 4:8 Gr., Jesús
  9. Hebreos 4:10 I.e., de Dios
  10. Hebreos 4:12 O, juzgar
  11. Hebreos 4:13 I.e., de Dios
  12. Hebreos 4:13 O, abiertas
  13. Hebreos 4:14 Lit., pasó a través de
  14. Hebreos 4:14 O, confesión, o, profesión