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Una salvación tan grande

Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a las cosas que hemos oído, no sea que marchemos a la deriva.

Porque si la palabra dicha por medio de ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución,

¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo comenzado a ser anunciada por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,

testificando Dios juntamente con ellos, tanto con señales como con prodigios y diversos milagros y dones distribuidos por el Espíritu Santo según su voluntad.

El autor de la salvación

Porque no sometió a los ángeles el mundo venidero, acerca del cual estamos hablando;

pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo:

¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
O el hijo del hombre, para que te preocupes de él?
Le hiciste un poco menor que a los ángeles,
Le coronaste de gloria y de honra,
Y le constituiste sobre las obras de tus manos;
Todo lo sometiste bajo sus pies.
Porque en cuanto le sometió todas las cosas, nada dejó que no esté sometido a él; pero ahora todavía no vemos que todas las cosas le estén sometidas.

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios experimentase la muerte en provecho de todos.

10 Porque era propio de aquel por cuya causa son todas las cosas, y mediante el cual todas las cosas subsisten, que en su designio de ir llevando muchos hijos a la gloria, perfeccionase por medio de padecimientos al autor de la salvación de ellos.

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

12 diciendo:

Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te cantaré himnos.

13 Y otra vez:

Yo estaré confiado en él.
Y de nuevo:
He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.

14 Así que, por cuanto los hijos han tenido en común una carne y una sangre, él también participó igualmente de lo mismo, para, por medio de la muerte, destruir el poder al que tenía el´´ imperio de la muerte, esto es, al diablo,

15 y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

16 Porque ciertamente no viene en auxilio de los ángeles, sino que viene en auxilio de la descendencia de Abraham.

17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.

18 Pues en cuanto él mismo fue probado mediante el sufrimiento, es poderoso para venir en auxilio de los que son tentados.

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