¹⁸ Y al oír esto se calmaron^[a], y glorificaron a Dios^(A), diciendo: Así que también a los gentiles ha concedido Dios el arrepentimiento que conduce a la vida^(B).

⁹ y ninguna distinción hizo entre nosotros y ellos^(A), purificando por la fe sus corazones^(B).

¹² recordad que en ese tiempo estabais separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía^[a] de Israel^(A), extraños a los pactos^(B) de la promesa, sin tener esperanza^(C), y sin Dios^(D) en el mundo. ¹³ Pero ahora en Cristo Jesús^(E), vosotros, que en otro tiempo^(F) estabais lejos, habéis sido acercados^(G) por^[b] la sangre de Cristo^(H). ¹⁴ Porque Él mismo es nuestra paz^(I), quien de ambos pueblos hizo uno^(J), derribando la pared intermedia de separación,

⁶ a saber, que los gentiles son coherederos^(A) y miembros del mismo cuerpo^(B), participando igualmente^[a](C) de la promesa en Cristo Jesús^(D) mediante el evangelio,

¹¹ una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío^(A), circunciso e incircunciso^[a](B), bárbaro^[b](C), escita^[c], esclavo o libre^(D), sino que Cristo es todo, y en todos^(E).