¹⁷ y sin embargo, no dejó de dar testimonio de Él mismo^(A), haciendo bien y dándoles lluvias del cielo y estaciones fructíferas^(B), llenando sus corazones de sustento y de alegría».

²⁴ »El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay^(A), puesto que es Señor del cielo y de la tierra^(B), no mora en templos hechos por manos de hombres^(C), ²⁵ ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo^(D), puesto que Él da a todos vida y aliento y todas las cosas.

²⁶ »De uno solo, Dios hizo todas las naciones del mundo^(E) para que habitaran sobre toda la superficie de la tierra, habiendo determinado sus tiempos y las fronteras de los lugares donde viven^(F), ²⁷ para que buscaran a Dios, y de alguna manera, palpando, lo hallen, aunque Él no está lejos de ninguno de nosotros^(G). ²⁸ Porque en Él vivimos, nos movemos y existimos^[a](H), así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: “Porque también nosotros somos linaje Suyo”.

²⁹ »Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Naturaleza Divina sea semejante a oro, plata o piedra, esculpidos por el^[b] arte y el pensamiento humano^(I). ³⁰ Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia^(J), Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan^(K). ³¹ Porque Él ha establecido un día en el cual juzgará^(L) al mundo^(M) en justicia, por medio de un Hombre^(N) a quien Él ha designado^(O), habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando lo resucitó de entre los muertos^(P)».

³² Cuando oyeron de la resurrección de los muertos^(Q), algunos se burlaban, pero otros dijeron: «Le escucharemos otra^[c] vez acerca de esto». ³³ Entonces Pablo salió de entre ellos. ³⁴ Pero algunos se unieron a él y creyeron, entre los cuales estaban^[d] Dionisio el areopagita^(R), una mujer llamada Dámaris y otros con ellos.