12 y de allí a Filipos(A), que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia(B), una colonia romana(C); en esta ciudad nos quedamos por varios días. 13 Y en el día de reposo(D) salimos fuera de la puerta, a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración; nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido. 14 Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira(E), vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios(F); y el Señor abrió su corazón[a](G) para que recibiera lo que Pablo decía. 15 Cuando ella y su familia[b](H) se bautizaron, nos rogó, diciendo: Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos en ella. Y nos persuadió a ir.

Conversión de la muchacha adivina

16 Y sucedió que mientras íbamos al lugar de oración(I), nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación(J), la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo(K), quienes os proclaman el[c] camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: ¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella! Y salió en aquel mismo momento[d](L).

19 Pero cuando sus amos vieron que se les había ido[e] la esperanza de su ganancia(M), prendieron a Pablo y a Silas(N), y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades(O); 20 y después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar(P), puesto que somos romanos(Q). 22 La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas(R). 23 Y después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero(S) que los guardara con seguridad; 24 el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo(T).

Conversión del carcelero

25 Como a medianoche, Pablo y Silas(U) oraban y cantaban(V) himnos a Dios, y los presos los escuchaban. 26 De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos(W); al instante se abrieron todas las puertas(X) y las cadenas de todos se soltaron(Y). 27 Al despertar el carcelero(Z) y ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar(AA), creyendo que los prisioneros se habían escapado. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas(AB), 30 y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer(AC) para ser salvo? 31 Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo(AD), tú y toda tu casa(AE). 32 Y le hablaron la palabra del Señor[f] a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él los tomó en aquella misma hora de la noche(AF), y les lavó las heridas; enseguida fue bautizado, él y todos los suyos. 34 Llevándolos a su hogar, les dio de comer[g], y se regocijó grandemente por haber creído en Dios con todos los suyos[h](AG).

Vindicación de Pablo y Silas

35 Cuando se hizo de día, los magistrados superiores enviaron a sus oficiales, diciendo: Suelta a esos hombres. 36 El carcelero(AH) comunicó a Pablo estas palabras, diciendo: Los magistrados superiores han dado orden de que se os suelte. Así que, salid ahora e id en paz(AI). 37 Mas Pablo les dijo: Aunque somos ciudadanos[i] romanos(AJ), nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos. 38 Y los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran romanos, tuvieron temor(AK). 39 Entonces vinieron, y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad(AL). 40 Cuando salieron de la cárcel, fueron a casa de Lidia(AM), y al ver a los hermanos(AN), los consolaron[j] y partieron.

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Footnotes

  1. Hechos 16:14 Lit., cuyo corazón el Señor abrió
  2. Hechos 16:15 Lit., casa
  3. Hechos 16:17 Lit., un
  4. Hechos 16:18 Lit., aquella misma hora
  5. Hechos 16:19 Lit., que había salido
  6. Hechos 16:32 Algunos mss. antiguos dicen: de Dios
  7. Hechos 16:34 Lit., les puso la mesa
  8. Hechos 16:34 O, con toda su familia
  9. Hechos 16:37 Lit., hombres
  10. Hechos 16:40 O, exhortaron

12 y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. 13 Y un día de reposo[a] salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14 Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.

16 Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17 Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18 Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, este se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.

19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; 20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos. 22 Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. 23 Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24 El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.

25 Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26 Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27 Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28 Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29 Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.

35 Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. 36 Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. 37 Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. 38 Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos. 39 Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad. 40 Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.

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Footnotes

  1. Hechos 16:13 Aquí equivale a sábado.

Exhortación a la obediencia

12 Así que, amados míos, tal como siempre habéis obedecido(A), no solo en[a] mi presencia, sino ahora mucho más en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación(B) con temor y temblor(C);

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Footnotes

  1. Filipenses 2:12 Lit., como en

Luminares en el mundo

12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,

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15 Y vosotros mismos también sabéis, filipenses, que al comienzo de la predicación del evangelio(A), después que partí de Macedonia(B), ninguna iglesia compartió conmigo en cuestión de dar y recibir, sino vosotros solos(C);

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15 Y sabéis también vosotros, oh filipenses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos;

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