mientras Pablo decía en defensa propia: No he cometido ningún delito, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo(A), ni contra el César.

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alegando Pablo en su defensa: Ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra César he pecado en nada.

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Pues bien, todos los judíos conocen(A) mi vida[a] desde mi juventud, que desde el principio transcurrió entre los de mi pueblo[b] y en Jerusalén; puesto que ellos han sabido de mí desde hace mucho tiempo, si están dispuestos a testificar, que viví como fariseo(B), de acuerdo con la secta(C) más estricta(D) de nuestra religión. Y ahora soy sometido a juicio por la esperanza(E) de la promesa hecha por Dios a nuestros padres(F): que nuestras doce tribus(G) esperan alcanzar al servir fielmente a Dios noche y día. Y por esta esperanza(H), oh rey, soy acusado por los judíos(I). ¿Por qué se considera increíble entre vosotros que Dios resucite a los muertos(J)? Yo ciertamente había creído que debía hacer muchos males(K) en contra del nombre de Jesús de Nazaret(L). 10 Y esto es precisamente[c] lo que hice en Jerusalén; no solo encerré en cárceles a muchos de los santos(M) con la autoridad recibida de los principales sacerdotes(N), sino que también, cuando eran condenados a muerte, yo daba mi voto contra ellos(O). 11 Y castigándolos con frecuencia en todas las sinagogas(P), procuraba obligarlos a blasfemar; y enfurecido en gran manera contra ellos(Q), seguía persiguiéndolos aun hasta en las ciudades extranjeras[d](R).

Relato de la conversión de Pablo

12 (S)Ocupado en esto[e], cuando iba para Damasco con autoridad y comisión de los principales sacerdotes, 13 al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más brillante que el sol, que resplandecía en torno mío y de los que viajaban conmigo. 14 Y después de que todos caímos al suelo(T), oí una voz que me decía en el idioma hebreo[f](U): «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón». 15 Yo entonces dije: «¿Quién eres, Señor?». Y el Señor dijo: «Yo soy Jesús a quien tú persigues. 16 Pero levántate y ponte en pie(V); porque te he aparecido con el fin de designarte(W) como ministro y testigo(X), no solo de las cosas que[g] has visto, sino también de aquellas en que me apareceré a ti(Y); 17 librándote(Z) del pueblo judío y de los gentiles(AA), a los cuales yo te envío, 18 para que abras sus ojos(AB) a fin de que se vuelvan de la oscuridad a la luz(AC), y del dominio de Satanás a Dios(AD), para que reciban, por la fe en mí(AE), el perdón de pecados(AF) y herencia entre los que han sido santificados(AG)». 19 Por consiguiente, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial, 20 sino que anunciaba, primeramente a los que estaban en Damasco(AH) y también en Jerusalén(AI), y después por toda la región de Judea, y aun a los gentiles(AJ), que debían arrepentirse(AK) y volverse a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento(AL). 21 Por esta causa, algunos judíos me prendieron en el templo(AM) y trataron de matarme(AN). 22 Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando(AO) tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería(AP): 23 que[h] el Cristo[i] había de padecer[j](AQ), y que por motivo de su resurrección de entre los muertos(AR), Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles(AS).

Pablo exhorta a Agripa

24 Mientras Pablo decía esto en su defensa, Festo dijo* a gran voz: ¡Pablo, estás loco! ¡Tu mucho saber[k](AT) te está haciendo perder la cabeza[l]! 25 Mas Pablo dijo*: No estoy loco, excelentísimo(AU) Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. 26 Porque el rey entiende estas cosas(AV), y también le hablo con confianza, porque estoy persuadido de que él no ignora nada de esto; pues esto no se ha hecho en secreto[m]. 27 Rey Agripa, ¿crees en los profetas? Yo sé que crees. 28 Y Agripa respondió a Pablo: En poco tiempo[n] me persuadirás[o] a que me haga cristiano(AW). 29 Y Pablo dijo: Quisiera[p] Dios que, ya fuera en poco tiempo o en mucho[q], no solo tú, sino también todos los que hoy me oyen, llegaran a ser tal como yo soy, a excepción de estas cadenas(AX).

30 Entonces el rey, el gobernador, Berenice(AY) y los que estaban sentados con ellos se levantaron, 31 y mientras se retiraban, hablaban entre ellos, diciendo: Este hombre no ha hecho* nada que merezca muerte o prisión[r](AZ). 32 Y Agripa dijo a Festo: Podría ser puesto en libertad este hombre(BA), si no hubiera apelado al César(BB).

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Footnotes

  1. Hechos 26:4 O, mi manera de vivir
  2. Hechos 26:4 Lit., nación
  3. Hechos 26:10 Lit., también
  4. Hechos 26:11 O, circunvecinas
  5. Hechos 26:12 Lit., En las cuales cosas
  6. Hechos 26:14 I.e., arameo judaico
  7. Hechos 26:16 Algunos mss. antiguos dicen: que de mí
  8. Hechos 26:23 Lit., si
  9. Hechos 26:23 I.e., el Mesías
  10. Hechos 26:23 Lit., sería sujeto a sufrimiento
  11. Hechos 26:24 Lit., Las muchas letras
  12. Hechos 26:24 Lit., te están volviendo loco
  13. Hechos 26:26 Lit., en un rincón
  14. Hechos 26:28 O, Con un poco
  15. Hechos 26:28 O, procurarás convencerme
  16. Hechos 26:29 Lit., Oraría a
  17. Hechos 26:29 O, con poco o con mucho
  18. Hechos 26:31 Lit., cadenas

Vida anterior de Pablo

Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos; los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.(A) Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros padres soy llamado a juicio; promesa cuyo cumplimiento esperan que han de alcanzar nuestras doce tribus, sirviendo constantemente a Dios de día y de noche. Por esta esperanza, oh rey Agripa, soy acusado por los judíos. ¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos?

Pablo el perseguidor

Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; 10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. 11 Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.(B)

Pablo relata su conversión

(Hch. 9.1-19; 22.6-16)

12 Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes, 13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. 14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, 17 librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Pablo obedece a la visión

19 Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, 20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco,(C) y Jerusalén,(D) y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento. 21 Por causa de esto los judíos, prendiéndome en el templo, intentaron matarme. 22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder: 23 Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.(E)

Pablo insta a Agripa a que crea

24 Diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. 25 Mas él dijo: No estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura. 26 Pues el rey sabe estas cosas, delante de quien también hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto; pues no se ha hecho esto en algún rincón. 27 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees. 28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. 29 Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!

30 Cuando había dicho estas cosas, se levantó el rey, y el gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos; 31 y cuando se retiraron aparte, hablaban entre sí, diciendo: Ninguna cosa digna ni de muerte ni de prisión ha hecho este hombre. 32 Y Agripa dijo a Festo: Podía este hombre ser puesto en libertad, si no hubiera apelado a César.

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22 Así que habiendo recibido ayuda de Dios, continúo hasta este día testificando(A) tanto a pequeños como a grandes, no declarando más que lo que los profetas y Moisés dijeron que sucedería(B):

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22 Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:

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23 que[a] el Cristo[b] había de padecer[c](A), y que por motivo de su resurrección de entre los muertos(B), Él debía ser el primero en proclamar luz tanto al pueblo judío como a los gentiles(C).

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Footnotes

  1. Hechos 26:23 Lit., si
  2. Hechos 26:23 I.e., el Mesías
  3. Hechos 26:23 Lit., sería sujeto a sufrimiento

23 Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles.(A)

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Pablo predica en Roma

23 Y habiéndole fijado un día, vinieron en gran número adonde él posaba[a](A), y desde la mañana hasta la tarde les explicaba testificando(B) fielmente sobre el reino de Dios, y procurando persuadirlos acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas(C).

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Footnotes

  1. Hechos 28:23 Lit., a la posada

23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.

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