⁸ pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros^(A); y me seréis testigos^(B) en Jerusalén, en toda Judea y Samaria^(C), y hasta los confines de la tierra^(D).

²² comenzando desde el bautismo de Juan^(A), hasta el día en que de entre nosotros^(B) fue recibido arriba, uno sea constituido testigo con nosotros de su resurrección^(C).

³² A este Jesús resucitó Dios^(A), de lo cual todos nosotros somos testigos^(B).

¹⁵ y disteis muerte al Autor^[a](A) de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos^(B), de lo cual nosotros somos testigos^(C).

³³ Con gran poder los apóstoles daban testimonio^(A) de la resurrección del Señor Jesús^[a](B), y abundante gracia había sobre todos ellos.

³² Y nosotros somos testigos^[a] de estas cosas^(A); y también el Espíritu Santo^(B), el cual Dios ha dado a los que le obedecen.

³⁹ Y nosotros somos testigos de todas las cosas^(A) que hizo en la tierra^[a] de los judíos y en Jerusalén. Y también le dieron muerte, colgándole en una cruz^[b](B).

⁴¹ no a todo el pueblo^(A), sino a los testigos^(B) que fueron escogidos de antemano por Dios, es decir, a nosotros que comimos y bebimos con Él después que resucitó de los muertos^(C).

³¹ y por muchos días se apareció a los que habían subido con Él de Galilea^(A) a Jerusalén, los cuales ahora son sus testigos^(B) ante el pueblo.