²⁷ En aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía.

³² Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras.

⁶ Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

⁹ Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.

⁴ Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza.

⁵ Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.

² Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes,^(A) y no tengo amor, nada soy.

⁸ El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

⁹ Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;

²⁹ Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.