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24 Al oír esto, el capitán de los guardias del templo y los jefes de los sacerdotes quedaron confundidos y se preguntaban en qué terminaría todo eso. 25 Entonces alguien vino y les dijo:

—Los hombres que ustedes metieron en la cárcel están en el área del templo enseñando a la gente.

26 Así que el capitán y sus hombres fueron y se los llevaron de vuelta. Los soldados no usaron la fuerza porque temían morir apedreados por el pueblo.

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