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El buey conoce a su dueño
y el asno el pesebre de su amo;
pero Israel no conoce(A),
mi pueblo no tiene entendimiento(B).

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El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

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El buey conoce a su dueño
    y el asno el pesebre de su amo;
¡pero Israel no conoce,
    mi pueblo no comprende!».

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¡Ay, nación pecadora,
pueblo cargado de iniquidad,
generación[a] de malvados(A),
hijos corrompidos(B)!
Han abandonado al Señor(C),
han despreciado al Santo de Israel(D),
se han apartado de Él[b].

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Footnotes

  1. Isaías 1:4 Lit., simiente
  2. Isaías 1:4 Lit., hacia atrás

¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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¡Ay, nación pecadora,
    pueblo cargado de culpa,
generación de malhechores,
    hijos corruptos!
¡Han abandonado al Señor!
    ¡Han despreciado al Santo de Israel!
    ¡Le han dado la espalda!

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¿Por qué entonces este pueblo, Jerusalén,
se ha desviado en continua apostasía(A)?
Se aferran al engaño(B),
rehúsan volver(C).
He escuchado y oído,
han hablado(D) lo que no es recto;
ninguno se arrepiente de su maldad(E),
diciendo: ‘¿Qué he hecho?’.
Cada cual vuelve a su carrera,
como caballo que arremete en la batalla(F).
Aun la cigüeña en el cielo
conoce sus estaciones(G),
y la tórtola(H), la golondrina y la grulla
guardan la época de sus migraciones[a];
pero mi pueblo no conoce
la ordenanza del Señor(I).

”¿Cómo decís: ‘Somos sabios(J),
y la ley del Señor está con nosotros’?,
cuando he aquí, la ha cambiado en mentira
la pluma mentirosa de los escribas.
Los sabios son avergonzados(K),
están abatidos y atrapados;
he aquí, ellos han desechado la palabra del Señor(L),
¿y qué clase de sabiduría tienen?
10 (M)Por tanto, daré sus mujeres a otros,
y sus campos a nuevos dueños[b](N);
porque desde el menor hasta el mayor
todos ellos codician ganancias;
desde el profeta hasta el sacerdote
todos practican el engaño(O).

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Footnotes

  1. Jeremías 8:7 Lit., su venida
  2. Jeremías 8:10 Lit., a los poseedores

¿Por qué es este pueblo de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el engaño, y no han querido volverse. Escuché y oí; no hablan rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo: ¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera, como caballo que arremete con ímpetu a la batalla. Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Jehová.

¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados; he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría tienen? 10 Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta el sacerdote todos hacen engaño.

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¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado?
    ¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía?
Se aferran al engaño
    y no quieren volver a mí.
He escuchado con suma atención,
    para ver si alguien habla con rectitud,
pero nadie se arrepiente de su maldad;
    nadie reconoce el mal que ha hecho.
Todos siguen su loca carrera,
    como caballos desbocados en combate.
Aun la cigüeña en el cielo
    conoce sus estaciones;
la tórtola, la golondrina y la grulla
    saben cuándo deben emigrar.
Pero mi pueblo no conoce
    las exigencias del Señor.

»”¿Cómo se atreven a decir:
    ‘Somos sabios; la Ley del Señor nos apoya’,
si la pluma engañosa de los escribas
    la ha falsificado?
Los sabios serán avergonzados,
    serán atrapados y abatidos.
Si han rechazado la palabra del Señor,
    ¿qué sabiduría pueden tener?
10 Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres
    y sus campos a otros dueños.
Porque desde el más pequeño hasta el más grande,
    todos codician ganancias injustas;
desde el profeta hasta el sacerdote,
    todos practican el engaño.

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