¹⁴ Pero el Señor de los ejércitos me reveló al oído:
Ciertamente esta iniquidad no os será perdonada^[a](A)
hasta que muráis^(B) —dice el Señor, Dios de los ejércitos.

²¹ Porque he aquí, el Señor va a salir de su lugar^(A)
para castigar^[a] la iniquidad de los habitantes de la tierra^[b](B),
y la tierra pondrá de manifiesto su sangre derramada^(C)
y no ocultará más a sus asesinados.

¹³ por eso esta iniquidad^(A) será para vosotros
como muro agrietado^[a] a punto de caer^(B),
como abultamiento en una pared alta,
cuya caída viene de repente, en un instante^(C).

¹⁴ Su caída es como el romper de una vasija de alfarero^(A),
despedazada sin piedad^[a];
no se halla entre sus pedazos ni un tiesto
para tomar fuego del hogar
o para sacar agua de una cisterna.