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Canto de victoria del pueblo de Dios

26 Cuando Dios castigue a nuestros enemigos, la gente de Judá entonará esta canción:

«Tenemos una ciudad muy fuerte;
Dios levantó murallas y fortalezas
para protegernos.
Abran los portones de Jerusalén,
pues por ellos entrará
un pueblo justo y fiel.
Dios hará vivir en paz
a quienes le son fieles
y confían en él.

»Dios es nuestro refugio eterno;
¡confiemos siempre en él!
Dios castiga a los creídos
y derrota a la ciudad orgullosa,
para que la pisoteen
los humildes y los pobres.

»Dios nuestro,
tú cuidas a la gente buena
para que cumpla tus mandamientos.
Por tus enseñanzas aprendemos a vivir;
ellas nos hacen sentirnos seguros.
Lo que más deseamos
es obedecerte y adorarte.
De día y de noche
mi corazón te busca;
cuando tú das una orden,
todos aprenden a hacer lo bueno.

10 »Dios nuestro,
los malvados no aprenden a ser buenos
aunque se les tenga compasión.
Aunque estén entre gente buena,
siguen actuando con maldad
y no les importa
que seas el Dios todopoderoso.
11 Tú les tienes preparado su castigo,
pero ellos ni siquiera se dan cuenta.
¡Demuéstrales cuánto nos amas,
para que sientan vergüenza!
¡Destrúyelos con tu enojo!

12 »Dios nuestro,
tú nos aseguras la paz,
y todo lo que hemos logrado
ha sido por tu gran poder.

13 »Dios nuestro,
aunque otros dioses nos han dominado,
tú eres nuestro único Dios.
14 Esos dioses no tienen vida;
son dioses muertos y no se pueden mover.
Tú les diste su merecido,
y ahora nadie los recuerda.

15 »Tú has engrandecido nuestra nación.
Has extendido nuestras fronteras
para dar a conocer
tu fama y tu poder.
16 Cuando nos castigaste,
nos volvimos a ti
a pesar de nuestro dolor.
17 Tu castigo nos hizo sufrir mucho;
nuestro dolor fue muy grande.
18 Pero ese dolor no produjo nada.
No le dimos a nuestro país
la alegría de la victoria
ni tampoco la alegría
de tener muchos hijos.
19 Pero somos tu pueblo,
y aunque estemos destruidos,
volveremos a vivir.
Tú llenarás de vida y alegría
a esta nación sin vida.

20 »¡Vamos, pueblo mío,
entra ya en tu ciudad!
Cierra los portones y espera
a que Dios calme su enojo.
21 Dios saldrá de su palacio
y castigará por su maldad
a los que habitan la tierra.
Los crímenes de los violentos
no quedarán sin castigo».

Cántico de confianza en la protección de Jehová

26 En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro. Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo. La hollará pie, los pies del afligido, los pasos de los menesterosos.

El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo. También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia. 10 Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová. 11 Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.(A) 12 Jehová, tú nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras. 13 Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordaremos de tu nombre. 14 Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo. 15 Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de la tierra.

16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste. 17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová. 18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo. 19 Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.

20 Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. 21 Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.