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La historia presente también en manos de Dios

41 Escuchadme, islas, en silencio;
pueblos, esperad mi reprensión.
Que se acerquen y entonces hablaremos,
comparezcamos juntos a juicio.
¿Quién lo ha suscitado por oriente
y le ofrece la victoria a cada paso,
pone a su alcance a las naciones
y le somete a sus reyes?
Su espada los reduce a polvo,
su arco los avienta como paja;
los persigue y avanza seguro,
y ni tocan sus pies el camino.
¿Quién lo ha hecho y realizado?
El que llama al futuro desde el principio.
Yo soy el Señor, el primero;
y estaré presente con los últimos.
Las islas lo contemplan temerosas,
tiemblan los confines de la tierra;
ya se acercan, ya están aquí.
Cada cual ayuda a su compañero,
y dice al de al lado: “Ánimo”.
El escultor anima al orfebre,
el forjador al que golpea el yunque;
le dice: “Va bien la soldadura”,
y la sujeta bien fuerte con clavos.

Futuro sereno del pueblo elegido

Y tú, Israel, siervo mío,
tú, Jacob, mi elegido,
estirpe de mi amigo Abrahán,
a quien tomé del confín de la tierra,
a quien llamé de lejanas regiones;
a quien dije: Tú eres mi siervo;
te he elegido, no te he rechazado.
10 No temas, que estoy contigo;
no te angusties, que soy tu Dios.
Te doy fuerza y voy a ayudarte,
te sostiene mi diestra salvadora.
11 Mira: se retraen avergonzados
todos los que se afanan contra ti;
en nada quedarán, perecerán
todos los que pleitean contigo.
12 Buscarás pero no encontrarás
a la gente que te anda provocando;
en nada quedarán, sin valor,
todos los que te hacen la guerra.
13 Porque yo, el Señor tu Dios,
soy quien te toma de la mano,
quien te dice: Nada temas,
porque yo soy tu auxilio.

Nuevo oráculo de salvación

14 No temas, gusanito de Jacob;
no te angusties, cosita de Israel;
te voy a auxiliar —oráculo del Señor—.
Tu redentor es el Santo de Israel.
15 Voy a convertirte en trillo cortante,
en trillo nuevo, lleno de dientes.
Trillarás, triturarás montañas,
reducirás a paja las colinas;
16 los aventarás, el viento los dispersará,
el torbellino los arrebatará consigo.
Pero tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás del Santo de Israel.

El desierto transformado

17 En vano los pobres buscan agua,
la sed reseca su lengua.
Yo, el Señor, les respondo;
como Dios de Israel, no los abandono.
18 Abriré canales en cumbres peladas,
fuentes en medio de los valles;
transformaré la estepa en estanque,
la tierra desierta en manantiales.
19 Llenaré la estepa de cedros,
de acacias, mirtos y olivos;
plantaré en el desierto cipreses,
y a la vez olmos y abetos.
20 Para que así vean y entiendan,
y a la vez se fijen y aprendan
que lo ha hecho la mano del Señor,
lo ha creado el Santo de Israel.

Los ídolos nada saben y nada son

21 Presentad vuestra causa, dice el Señor,
aducid vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob;
22 que se acerquen y nos digan
lo que va a suceder.
Decidnos cómo fue el pasado
y prestaremos atención;
anunciadnos el futuro
y lo reconoceremos cuando llegue;
23 predecid los signos del futuro
y sabremos que sois dioses.
Haced algo, bueno o malo,
y que todos lo veamos admirados.
24 Mas vosotros no sois nada,
vuestras obras son vacío;
es detestable elegiros como dioses.
25 Del norte he suscitado
a uno que está llegando;
de oriente lo llamo por su nombre:
pisoteará príncipes como barro,
como pisa un alfarero la arcilla.
26 ¿Quién lo dijo de antemano
para que lo supiéramos por adelantado,
para que asintiéramos diciendo: “Es cierto”?
Pero nadie lo cuenta ni lo explica,
y nadie escucha vuestras palabras.
27 Lo he anunciado primero en Sión,
he enviado un heraldo a Jerusalén.
28 Miré, pero a nadie vi,
ni un consejero entre ellos
que pudiese responder a mi pregunta.
29 Son todos pura nadería,
sus obras un cero a la izquierda,
viento y nulidad sus estatuas.

Seguridad de Dios para Israel

41 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate. El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.

Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.(A) Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. 10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. 15 He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. 16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel.

17 Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé. 18 En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. 19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, 20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.

Dios reta a los falsos dioses

21 Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. 22 Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. 23 Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. 24 He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió.

25 Del norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el barro el alfarero. 26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto, no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no hay quien oiga vuestras palabras. 27 Yo soy el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero de alegres nuevas. 28 Miré, y no había ninguno; y pregunté de estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no respondieron palabra. 29 He aquí, todos son vanidad, y las obras de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.