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El único Salvador de Israel

43 Ahora, oh Israel, el Señor, quien te creó, dice: ¡No temas, pues yo te rescaté, yo te llamé por tu nombre, eres mío! Cuando pases por aguas profundas de gran tribulación, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos no te ahogarás. Cuando pases por fuego no te quemarás, las llamas no te consumirán. Porque yo soy el Señor tu Dios, tu Salvador, el Santo de Israel. Entregué Egipto, Etiopía y Seba a cambio de tu libertad, como rescate por ti. Otros murieron para que tú vivieras. Yo cambié la vida de ellos por la tuya porque me eres precioso y honorable, y yo te amo.

No temas, pues yo estoy contigo. Yo te recogeré del este y del oeste, del norte y del sur. Yo traeré a mis hijos e hijas de regreso a Israel desde los más apartados rincones de la tierra. Vendrán todos los que me invocan como su Dios, pues para gloria mía los hice, yo los creé. Tráelos de regreso a mí, aunque son ciegos y sordos a mi llamado.

Reúnan a las naciones. ¿Cuál de todos sus ídolos predijo jamás tales cosas? ¿Cuál puede predecir siquiera uno de los días que vendrán? ¿En dónde están los testimonios de cualquier cosa que hayan dicho ellos? Si no hay testigos, tienen que confesar que sólo Dios puede profetizar.

10 Pero yo tengo testigos, oh Israel, dice el Señor. Ustedes son mis testigos, elegidos para conocerme y creerme, y para entender que sólo yo soy Dios. No hay otro Dios, jamás lo hubo ni lo habrá. 11 Yo soy el Señor y no hay otro Salvador. 12 Siempre que han desechado sus ídolos yo les he mostrado mi poder. Con una palabra los he salvado. Me han visto hacerlo; ustedes son mis testigos de que es verdad. 13 Desde la eternidad hasta la eternidad yo soy Dios. Nadie puede contrariar lo que yo hago.

La misericordia de Dios y la infidelidad de Israel

14 El Señor, su Redentor, el Santo de Israel dice:

Por el amor que les tengo a ustedes enviaré contra Babilonia un ejército invasor que penetrará casi sin recibir daño alguno. Las jactancias de los babilonios se volverán gritos de dolor. 15 Yo soy el Señor, su Santo, el Creador y Rey de Israel. 16 Yo soy el Señor que abre camino por medio de las aguas, que construye un sendero a través del mar. 17 Yo llamé al poderoso ejército de Egipto con todos sus carros y caballos, para dejarlos sepultados bajo las ondas, muertos, acalladas sus vidas como llama de vela.

18 Pero olvídense de todo esto: ¡eso no es nada comparado con lo que voy a hacer! 19 Voy a realizar algo enteramente nuevo. ¡Miren, ya he comenzado! ¿No lo ven? Abriré camino a través del desierto del mundo para que mi pueblo vuelva a su patria, y para ellos crearé ríos en el desierto. 20 Las fieras del campo me darán gracias, así como los chacales y avestruces, por haberles dado agua en el desierto. Sí, manantiales en el desierto para que mi pueblo, mis elegidos, puedan tener refrigerio. 21 Yo hice a Israel para mí, y algún día este pueblo mío me honrará ante el mundo.

22 Pero ¡oh pueblo mío, no quieren pedirme auxilio, están hastiados de mí! 23 No me han traído las ovejas como ofrenda quemada, no me han honrado con sacrificios. ¡Y sin embargo muy poco es lo que les he pedido de ofrendas e incienso! No los he tratado como a esclavos. 24 No me han traído incienso de suave fragancia ni me han agradado sacrificando grasa de animales. No, lo único que me han presentado son pecados, y me han hastiado con todas sus fallas.

25 Yo, sí, sólo yo soy quien borra sus pecados por amor a mí mismo y nunca más los recordaré. 26 Recuérdenme esta promesa de perdón, pues de sus pecados hemos de hablar. Defiendan su causa para obtener mi perdón. 27 Desde el principio mismo sus antepasados pecaron contra mí, todos sus antecesores quebrantaron mi ley. 28 Por eso es que he destituido a sus sacerdotes y destruido a Israel, exponiéndolo a la vergüenza.

Jehová es el único Redentor

43 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.

Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es. 10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. 11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. 12 Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. 13 Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará?

14 Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban. 15 Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. 16 Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; 17 el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados. 18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. 19 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. 20 Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. 21 Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.

22 Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. 23 No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso. 24 No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades.

25 Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. 26 Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte. 27 Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí. 28 Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel.

El único Salvador de Israel

43 Pero ahora, así dice el Señor,
    el que te creó, Jacob,
    el que te formó, Israel:
«No temas, que yo te he redimido;
    te he llamado por tu nombre; tú eres mío.
Cuando cruces las aguas,
    yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos,
    no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego,
    no te quemarás
    ni te abrasarán las llamas.
Yo soy el Señor tu Dios,
    el Santo de Israel, tu Salvador;
yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate,
    a Cus y a Seba en tu lugar.
Porque eres precioso a mis ojos
    y digno de honra, yo te amo.
A cambio de ti entregaré pueblos;
    a cambio de tu vida entregaré naciones.
No temas, porque yo estoy contigo;
    desde el oriente traeré a tu descendencia,
    desde el occidente te reuniré.
Al norte diré: “¡Entrégalos!”.
    Y al sur: “¡No los retengas!
Trae a mis hijos desde lejos
    y a mis hijas desde los confines de la tierra.
Trae a todo el que sea llamado por mi nombre,
    al que yo he creado para mi gloria,
    al que yo hice y formé”».

Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos,
    al pueblo sordo, aunque tiene oídos.
Que se reúnan todas las naciones
    y se congreguen los pueblos.
¿Quién de sus dioses profetizó estas cosas
    y nos anunció lo ocurrido en el pasado?
Que presenten a sus testigos y demuestren tener razón,
    para que otros oigan y digan:
    «Es verdad».
10 «Ustedes son mis testigos», afirma el Señor,
    «y mi siervo a quien he escogido,
para que me conozcan y crean en mí,
    y entiendan que yo soy.
Antes de mí no hubo ningún otro dios
    ni habrá ninguno después de mí.
11 Yo, yo soy el Señor,
    fuera de mí no hay ningún otro salvador.
12 Yo he anunciado, salvado y proclamado;
    yo entre ustedes y no un dios extraño.
Ustedes son mis testigos de que yo soy Dios»,
    afirma el Señor.
13 «Desde los tiempos antiguos, yo soy.
    No hay quien pueda librar de mi mano.
    Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo».

La misericordia de Dios y la infidelidad de Israel

14 Así dice el Señor,
    su Redentor, el Santo de Israel:
«Por ustedes enviaré gente a Babilonia;
    abatiré a todos como fugitivos.
En los barcos que eran su orgullo,
    abatiré a los babilonios.[a]
15 Yo soy el Señor, su Santo;
    soy su Rey, el Creador de Israel».

16 Así dice el Señor,
    el que abrió un camino en el mar,
    una senda a través de las aguas caudalosas;
17 el que hizo salir carros de combate y caballos,
    ejército y guerrero al mismo tiempo,
los cuales quedaron tendidos para nunca más levantarse,
    extinguidos como mecha que se apaga:
18 «Olviden las cosas de antaño;
    ya no vivan en el pasado.
19 ¡Voy a hacer algo nuevo!
    Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto
    y ríos en lugares desolados.
20 Me honran los animales salvajes,
    los chacales y los avestruces;
yo hago brotar agua en el desierto,
    ríos en lugares desolados,
para dar de beber a mi pueblo escogido,
21     al pueblo que formé para mí mismo,
    para que proclame mi alabanza.

22 »Pero tú, Jacob, no me has invocado;
    tú, Israel, te has cansado de mí.
23 No me has traído el cordero de tus holocaustos
    ni me has honrado con tus sacrificios.
No te he abrumado exigiendo ofrendas de grano
    ni te he agobiado reclamando incienso.
24 No me has comprado caña aromática
    ni me has saciado con el sebo de tus sacrificios.
¡En cambio, tú me has abrumado con tus pecados
    y me has agobiado con tus iniquidades!

25 »Soy yo, solo yo, el que por amor a mí mismo
    borra tus transgresiones
    y no se acuerda más de tus pecados.
26 ¡Hazme recordar!
    Presentémonos a juicio;
    plantea el argumento de tu inocencia.
27 Tu primer antepasado pecó;
    tus voceros se rebelaron contra mí.
28 Por eso humillé a las autoridades del templo;
    entregué a Jacob a la destrucción total,
    entregué a Israel al menosprecio.

Footnotes

  1. 43:14 Lit. caldeos.