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La victoria de Dios sobre Edom

Isaías

63 ¿Quién es ése
que llega desde Bosrá,
la capital del reino de Edom,
con las ropas teñidas de rojo?
¿Quién es ése
que está tan bien vestido
y avanza con una fuerza terrible?

Dios

Soy yo, el Dios de Israel,
el que anuncia la victoria
y tiene poder para salvar.

Isaías

¿Y por qué están rojas tus ropas,
como si hubieras pisado uvas?

Dios

Yo he destruido a mis enemigos;
los he aplastado como a la uvas
cuando se hace el vino;
Con furia los he pisoteado,
y su sangre me manchó la ropa.

Consideré que ya era tiempo
de hacer justicia
y de salvar a mi pueblo.
Miré, y vi con sorpresa
que nadie estaba dispuesto a ayudarme.
Fue mi poder el que me dio la victoria;
lleno de furia aplasté a las naciones,
y su sangre corrió por el suelo.

Dios es bondadoso con su pueblo

Isaías dijo:

«Quiero hablar del amor de Dios,
y cantar sus alabanzas
por todos sus favores.

»Dios ha sido muy bondadoso
con el pueblo de Israel,
le ha mostrado su bondad
y su gran amor.

»Dios había dicho:

“Ellos son mi pueblo,
son mis hijos fieles”.

»Por eso Dios los salvó
de todos sus males.
No fue un enviado suyo
el que los salvó,
sino Dios en persona.
Él los libró por su amor
y su misericordia;
los levantó en sus brazos,
como siempre lo había hecho.

10 »Pero los israelitas desobedecieron
y ofendieron al Dios santo;
por eso, él los trató
como si fueran enemigos
y les declaró la guerra.

11 »Entonces ellos se acordaron
de lo que Dios había hecho
en los tiempos pasados;
se acordaron de cómo Moisés
había liberado a su pueblo,
y por eso se preguntaban:

“¿Dónde está ahora
el Dios que sacó del río Nilo a Moisés,
el líder de los israelitas?”

»También se preguntaban:

“¿Dónde está ahora
el Dios que puso en Moisés
su santo espíritu?
12-13 ¿Dónde está ahora
el Dios que con su gran poder
acompañó a Moisés;
el Dios que se hizo famoso
cuando dividió el mar
para que su pueblo cruzara
librándolo de todo peligro?
14 ¿Dónde está el Dios
que le dio descanso a su pueblo,
como cuando el ganado
baja a pastar a la llanura?”»

Isaías terminó diciendo:

«¡Dios nuestro,
así guiaste a tu pueblo,
y te cubriste de gloria!»

Israel pide ayuda a Dios

15 Israel oró a Dios y le dijo:

«Dios nuestro,
tú tienes en el cielo
tu santo y grandioso trono.
Muéstranos tu amor y tu poder;
déjanos ver tu ternura y compasión.
No seas indiferente a nuestro dolor.

16 »¡Tú eres nuestro padre!
Aunque Abraham no nos reconozca,
ni Jacob se acuerde de nosotros,
tú eres nuestro Dios y nuestro padre;
¡siempre has sido nuestro salvador!

17 »No permitas que nos alejemos de ti
ni que seamos desobedientes.
¡Por amor a nosotros,
tus fieles servidores,
y a las tribus que te pertenecen,
vuelve a mostrarnos tu bondad!
18 No permitas que los malvados
sigan pisoteando tu santo templo.
19 Desde hace mucho tiempo
nos hemos alejado de tus mandamientos;
¡vuelve a mostrarnos tu bondad!»

El día de la venganza de Jehová

63 ¿Quién es este que viene de Edom,(A) de Bosra, con vestidos rojos? ¿Este hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar. ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar? He pisado yo solo el lagar,(B) y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas.(C) Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado. Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.(D) Y con mi ira hollé los pueblos, y los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su sangre.

Bondad de Jehová hacia Israel

De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades. Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador. En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.

10 Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos. 11 Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño?, ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu, 12 el que los guio por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos,(E) haciéndose así nombre perpetuo, 13 el que los condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin que tropezaran? 14 El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.

Plegaria pidiendo misericordia y ayuda

15 Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado? 16 Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre. 17 ¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus siervos, por las tribus de tu heredad. 18 Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado tu santuario. 19 Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre.