Juicio y salvación

65 «Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
    dejé que me hallaran los que no me buscaban.
A una nación que no invocaba mi nombre,
    dije: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”.
Todo el día extendí mis manos
    hacia un pueblo rebelde,
que va por mal camino,
    siguiendo sus propios pensamientos.
Es un pueblo que en mi propia cara
    constantemente me provoca;
que ofrece sacrificios en los jardines
    y quema incienso sobre ladrillos;
que se sienta entre los sepulcros
    y pasa la noche en vigilias secretas;
que come carne de cerdo,
    y en sus ollas cocina caldo impuro;
que dice: “¡Manténganse alejados!
¡No se me acerquen!
    ¡Soy demasiado sagrado para ustedes!”.
Todo esto me fastidia como humo en la nariz;
    ¡es un fuego que arde todo el día!

»Ante mí ha quedado escrito;
    no guardaré silencio.
Les daré su merecido;
    lo sufrirán en carne propia,
tanto por las iniquidades de ustedes
    como por las de sus antepasados»,
    dice el Señor.
«Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas
    y me desafiaron en las colinas,
les haré sufrir en carne propia
    las consecuencias de sus acciones pasadas».

Así dice el Señor:

«Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas,
    dice: “No lo dañen,
    porque en él hay bendición”.
Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos:
    No los destruiré a todos.
De Jacob sacaré descendientes,
    y de Judá, a los que poseerán mis montañas.
Las heredarán mis elegidos
    y allí morarán mis siervos.
10 Para mi pueblo que me busca,
    Sarón será corral de ovejas;
    el valle de Acor, corral de vacas.

11 »Pero a ustedes que abandonan al Señor
    y se olvidan de mi monte santo,
que para el dios de la fortuna preparan una mesa
    y para el dios del destino sirven vino mezclado,
12 los destinaré a la espada;
    todos ustedes se inclinarán para el degüello.
Porque llamé y no me respondieron,
    hablé y no me escucharon.
Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos
    y optaron por lo que no me agrada».

13 Por eso, así dice el Señor y Dios:

«Mis siervos comerán,
    pero ustedes pasarán hambre;
mis siervos beberán,
    pero ustedes sufrirán de sed;
mis siervos se alegrarán,
    pero ustedes serán avergonzados.
14 Mis siervos cantarán
    con alegría de corazón,
pero ustedes clamarán
    con corazón angustiado;
    gemirán con espíritu quebrantado.
15 Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes
    como una maldición.
El Señor y Dios les dará muerte,
    pero a sus siervos dará un nombre diferente.
16 Cualquiera que en el país invoque una bendición,
    lo hará por el Dios de la verdad;
y cualquiera que jure en esta tierra,
    lo hará por el Dios de la verdad.
Las angustias del pasado quedarán en el olvido,
    ocultas ante mis ojos.

Un cielo nuevo y una tierra nueva

17 »Presten atención, que estoy por crear
    un cielo nuevo y una tierra nueva.
No volverán a mencionarse las cosas pasadas
    ni se traerán a la memoria.
18 Alégrense más bien y regocíjense por siempre,
    por lo que estoy a punto de crear:
Estoy por crear una Jerusalén feliz,
    un pueblo lleno de alegría.
19 Me regocijaré por Jerusalén
    y me alegraré en mi pueblo;
no volverán a oírse en ella
    voces de llanto ni gritos de clamor.

20 »Nunca más habrá en ella
    niños que vivan pocos días
    ni ancianos que no completen sus años.
El que muera a los cien años
    será considerado joven;
pero el que no llegue[a] a esa edad
    será considerado maldito.
21 Construirán casas y las habitarán;
    plantarán viñas y comerán de su fruto.
22 Ya no construirán casas para que otros las habiten
    ni plantarán viñas para que otros coman.
Porque los días de mi pueblo
    serán como los de un árbol;
mis escogidos disfrutarán
    de las obras de sus manos.
23 No trabajarán en vano
    ni tendrán hijos para la desgracia;
tanto ellos como su descendencia
    serán simiente bendecida del Señor.
24 Antes que me llamen, yo les responderé;
    todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado.
25 El lobo y el cordero pacerán juntos;
    el león comerá paja como el buey
    y la serpiente se alimentará de polvo.
En todo mi monte santo
    no habrá quien haga daño ni destruya»,
    dice el Señor.

Footnotes

  1. 65:20 el que no llegue. Alt. el pecador que llegue.

Castigo de los rebeldes

65 Los que no preguntaban por mí, me buscaron; los que no me buscaban, me encontraron.(A) A los que no invocaban mi nombre, les dije «Aquí me tienen». Todo el día tendí mis manos hacia un pueblo rebelde,(B) un pueblo que va por mal camino y en pos de sus pensamientos; un pueblo que descaradamente me provoca a ira todo el tiempo, que ofrece sacrificios en los huertos y quema incienso sobre ladrillos; un pueblo que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en lugares escondidos; que come carne de cerdo, y que en sus ollas tiene caldo de cosas inmundas; un pueblo que dice: «Quédate donde estás y no te acerques a mí, porque yo soy más santo que tú».

Todo esto es para mí como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día! Pero esto lo tengo escrito delante de mí, y no voy a quedarme callado, sino que voy a darles su merecido; voy a herirlos en el pecho por causa de sus iniquidades y por las iniquidades de sus padres, pues ellos quemaron incienso sobre los montes y me ofendieron sobre las colinas. Por lo tanto, yo el Señor les digo que los heriré en el pecho, en pago de sus acciones pasadas.

Así ha dicho el Señor:

«Así como alguien que halla un racimo con uvas jugosas, dice: “Esto es una bendición. No hay que dañarlo”, así voy a actuar en favor de mis siervos: No los destruiré a todos. Haré que de Jacob salgan descendientes, y que Judá sea el heredero de mis montes. Mis elegidos tomarán posesión de la tierra, y mis siervos la habitarán. 10 Para el pueblo que me buscó, Sarón será el lugar donde descansarán sus ovejas, y el valle de Acor(C) será un lugar de pastos para sus vacas. 11 Pero a ustedes, los que me abandonaron, los que se olvidaron de mi santo monte y tienden mesas para la Fortuna y ofrecen libaciones para el Destino, 12 yo, el Señor, los destinaré a morir por la espada. Todos ustedes se arrodillarán para ser degollados, porque los llamé y ustedes no me respondieron; les hablé, y ustedes no me hicieron caso. Al contrario, hicieron lo malo ante mis propios ojos, y decidieron hacer lo que me disgusta.»

13 Por eso, Dios el Señor ha dicho:

«A mis siervos los verán comer, pero ustedes sufrirán de hambre. A mis siervos los verán beber, pero ustedes sufrirán de sed. A mis siervos los verán alegrarse, pero ustedes serán avergonzados. 14 A mis siervos los verán cantar con corazón alegre, pero ustedes clamarán con dolido corazón y chillarán con espíritu quebrantado. 15 Ustedes dejarán su nombre para que mis elegidos lo usen como maldición. Yo soy Dios, el Señor, y voy a quitarte la vida, y a mis siervos les daré otro nombre. 16 En este país, el que quiera pronunciar una bendición, lo hará en nombre del Dios de la verdad; y el que quiera hacer un juramento, lo hará en nombre del Dios de la verdad. Ciertamente las angustias de antaño quedarán en el olvido y fuera de mi vista.

Cielos nuevos y tierra nueva

17 »¡Fíjense bien! ¡Ya estoy creando nuevos cielos y nueva tierra!(D) De los primeros, nadie volverá a acordarse, ni los traerá más a la memoria. 18 Al contrario, ustedes se alegrarán y regocijarán siempre en lo que voy a crear. Estoy por crear una Jerusalén alegre y un pueblo gozoso. 19 Yo me alegraré con Jerusalén; me gozaré con mi pueblo, y nunca más volverán a oírse en ella voces de llanto ni de clamor.(E) 20 No habrá en ella niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no cumplan sus años de vida; los niños morirán a los cien años de vida, y los pecadores que lleguen a vivir cien años serán malditos. 21 Edificarán casas, y las habitarán; plantarán viñas, y comerán las uvas. 22 No volverán a edificar casas para que otro las habite, ni plantarán nada para que otros se coman los frutos. La vida de mi pueblo será semejante a la vida de los árboles; mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos. 23 No trabajarán en vano, ni darán a luz hijos que estén bajo maldición, porque ellos y sus descendientes son un linaje bendecido por el Señor. 24 Antes de que me pidan ayuda, yo les responderé; no habrán terminado de hablar cuando ya los habré escuchado. 25 El lobo y el cordero descansarán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará con el polvo de la tierra. En todo mi santo monte no habrá aflicción ni nadie hará daño a nadie. Yo, el Señor, lo he dicho.»(F)