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¿Para qué recibir más golpes?
    ¿Para qué insistir en la rebelión?
Toda su cabeza está herida,
    todo su corazón está enfermo.
Desde la planta del pie hasta la coronilla
    no les queda nada sano:
todo en ellos es heridas, moretones
    y llagas abiertas,
que no les han sido curadas ni vendadas,
    ni aliviadas con aceite.

Vuestro país está desolado,
    vuestras ciudades son presa del fuego;
ante vuestros propios ojos
    los extraños devoran vuestros campos;
vuestro país está desolado,
    como si hubiera sido destruido por extranjeros.

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