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Profecía contra Etiopía

18 ¡Ay del país donde resuena un zumbido de insectos,
del país situado más allá de los ríos de Etiopía,
que envía sus embajadores por el Nilo,
viajando por el agua en barcas de junco!
Vayan, veloces mensajeros,
a un pueblo de alta estatura y piel brillante,
a una nación temida en todas partes,
pueblo fuerte y altanero
que vive en una tierra bañada por ríos.
Todos ustedes, habitantes del mundo,
verán cuando se alce la señal en la montaña,
y oirán cuando suene la trompeta.

El Señor me dijo:

«Desde mi lugar miro tranquilo,
como la luz en un día de verano,
como una nube de rocío en tiempo ardiente de cosecha.
Cuando pase la floración en los viñedos,
y la flor se vuelva uva madura,
pero antes del tiempo de la cosecha,
podarán las ramas con cuchillos,
las cortarán y las retirarán.
Todo quedará abandonado en las montañas
a las aves de rapiña
y a los animales salvajes.
Las aves pasarán allí el verano,
y todos los animales salvajes
se quedarán allí en el invierno.»

En ese tiempo
traerán al Señor todopoderoso
ofrendas de parte del pueblo
de alta estatura y piel brillante,
nación temida en todas partes,
pueblo fuerte y altanero,
que vive en una tierra bañada por ríos.
Las traerán al monte Sión,
donde se invoca el nombre del Señor todopoderoso.