
Isaías 23 La Biblia de las Américas (LBLA)Profecía sobre Tiro23 Profecía sobre[a] Tiro. 8 ¿Quién ha planeado esto contra Tiro, la que concedía coronas, 13 He aquí la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria lo designó para moradores del desierto. Ellos levantaron sus torres de sitio, despojaron sus palacios y la convirtieron en ruinas. 14 Gemid, naves de Tarsis, 15 Y acontecerá en aquel día que Tiro será olvidada por setenta años, como los días de un rey. Al cabo de los setenta años le sucederá a Tiro como en la canción de la ramera: 16 Toma la lira, anda por la ciudad, 17 Y sucederá al cabo de los setenta años que el Señor visitará a Tiro. Entonces ella regresará a su paga de ramera, y se prostituirá con todos los reinos sobre[j] la faz de la tierra. 18 Y sus ganancias y su paga de ramera serán consagradas al Señor; no serán almacenadas ni acumuladas, sino que su ganancia llegará a ser suficiente alimento y vestidura selecta para aquellos que habiten en la presencia del Señor. Footnotes:
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Isaías 23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)Profecía sobre Tiro23 Profecía sobre Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni a donde entrar; desde la tierra de Quitim les es revelado. 2 Callad, moradores de la costa, mercaderes de Sidón, que pasando el mar te abastecían. 3 Su provisión procedía de las sementeras que crecen con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también emporio de las naciones. 4 Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni levanté vírgenes. 5 Cuando llegue la noticia a Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro. 6 Pasaos a Tarsis; aullad, moradores de la costa. 7 ¿No era ésta vuestra ciudad alegre, con muchos días de antigüedad? Sus pies la llevarán a morar lejos. 8 ¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran los nobles de la tierra? 9 Jehová de los ejércitos lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria, y para abatir a todos los ilustres de la tierra. 10 Pasa cual río de tu tierra, oh hija de Tarsis, porque no tendrás ya más poder. 11 Extendió su mano sobre el mar, hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto a Canaán, que sus fortalezas sean destruidas. 12 Y dijo: No te alegrarás más, oh oprimida virgen hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo. 13 Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas. 14 Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es vuestra fortaleza. 15 Acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera. 16 Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que seas recordada. 17 Y acontecerá que al fin de los setenta años visitará Jehová a Tiro; y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra. 18 Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan espléndidamente.
Reina-Valera 1960 (RVR1960) Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. |