Add parallel Print Page Options

a la que yo, el Señor, cuido y riego a cada momento; a la que noche y día cuido para que nadie la dañe. Ya no estoy enojado. Si me da espinos y cardos, éstos no podrán luchar contra mí, pues yo los aplastaré y los quemaré del todo. ¿Quién querrá desafiar mi fuerza? ¡Que haga la paz conmigo! ¡Sí, que haga la paz conmigo!

Read full chapter