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Israel no sigue al Señor

57 La gente honesta muere
    y a nadie le importa.
Los fieles a Dios desaparecen
    sin que nadie entienda que ellos son llevados
    para evitar que sean víctimas de la maldad.
Los que andan honestamente entrarán a disfrutar de paz
    y descansarán en sus lechos.

«Pero vengan acá ustedes, hijos de bruja,
    descendientes de adúltero y prostituta.
¿De quién se están burlando?
    ¿A quién le están haciendo muecas?
    ¿A quién le muestran la lengua?
Ustedes no son más que hijos de pecado,
    gente mentirosa.
Tienen relaciones sexuales entre los robles
    y entre los árboles de abundante follaje.[a]
Sacrifican a sus niños en los valles
    y en las grietas de las rocas.

»El lote que les tocará a ustedes
    estará entre las piedras lisas de los arroyos.
A ellas ustedes les derramaron
    sus ofrendas de bebidas y de cereal.
    ¿Creen que eso me tiene muy contento?
Tú pusiste tu cama en un monte bien alto
    y fuiste allá a ofrecer sacrificio.
Detrás de las puertas y en sus marcos
    pusiste tu símbolo pagano[b].
Te alejaste de mí, te desnudaste
    y subiste a la cama que alistaste.
Llegaste a un acuerdo con ellos,
    amaste su lecho y contemplaste su desnudez.
Fuiste con aceite de oliva hasta donde estaba Moloc
    y usaste perfumes en gran cantidad.
Hasta lejos enviaste mensajeros,
    incluso hasta abajo, al lugar de los muertos.
10 Te agotaste de tanto peregrinar,
    pero no dijiste: “Esto no tiene sentido”.
Te recobraste
    y no te desmayaste.

11 »¿A quién le tenías miedo,
    quién te asustó para que hayas mentido,
para que te hayas olvidado de mí
    y no me hayas tomado en cuenta?
¿No guardé silencio y yo mismo me oculté
    y por eso no me tienes miedo?
12 Contaré lo buena que eres y tus hechos,
    pero ellos no te servirán de nada.
13 Cuando grites pidiendo ayuda,
    que vengan a salvarte tu colección de ídolos.
A ellos se los llevará el viento,
    desaparecerán de un soplo.
Pero el que se apoye en mí,
    recibirá la tierra
    y poseerá mi santo monte».

El Señor salvará a su pueblo

14 Alguien dirá: «Reconstruyan, reconstruyan,
    preparen el camino, despejen la vía
    para que pase mi pueblo».
15 Porque esto es lo que dice el Altísimo,
    el que vive eternamente y tiene el nombre santo:
«Yo vivo en lo alto y santo,
    pero vivo también con el que tiene su espíritu abatido y humillado.
Le daré nueva vida al de espíritu humilde,
    y reviviré al abatido.
16 Ya no acusaré
    ni estaré siempre enojado,
porque así desfallecerían ante mí
    los seres humanos, a quienes yo hice.
17 Estuve enojado por su codicia perversa,
    así que los castigué,
me oculté de ellos y me disgusté.
    Pero ellos se mantuvieron en su rebeldía.
18 He visto sus caminos, pero los voy a curar.
    Los guiaré y los reconfortaré a ellos
    y a los que compartieron su dolor.
19 Pondré palabras de alabanza en sus labios.
    Les daré paz a los que están lejos
    y a los que están cerca,
y los sanaré,
    dice el SEÑOR.
20 Pero la gente perversa es como el mar agitado,
    que no puede calmarse,
    que arroja barro y basura con sus olas.
21 Mi Dios dice:
    “No hay paz para los malos”.

Footnotes

  1. 57:5 robles […] follaje La gente adoraba a dioses falsos en esos lugares. Creían que teniendo relaciones sexuales allí, las cosechas iban a ser abundantes.
  2. 57:8 símbolo pagano Podría tratarse de la imagen de un dios falso, un símbolo, rezo, recuerdo o algo parecido.

Condenación de la idolatría de Israel

57 Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la aflicción es quitado el justo. Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios. Mas vosotros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y de la fornicaria. ¿De quién os habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y alargasteis la lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, generación mentirosa, que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos? En las piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas? Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio. Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo; porque a otro, y no a mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e hiciste con ellos pacto; amaste su cama dondequiera que la veías. Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad del Seol. 10 En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste.

11 ¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido? 12 Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.

13 Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad, y poseerá mi santo monte. 14 Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. 15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. 16 Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado. 17 Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón. 18 He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; 19 produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano,(A) dijo Jehová; y lo sanaré. 20 Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. 21 No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos.(B)