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No dejes descansar tampoco a Dios
    hasta que él restaure a Jerusalén
    y la convierta en una ciudad que todo el mundo alabará.

El SEÑOR ha prometido con su mano derecha y fuerte brazo[a]:
    «No daré otra vez tu trigo como alimento para tus enemigos.
Los extranjeros no se tomarán
    el vino nuevo por el que has trabajado duro.
Sino que los que cosechen el trigo
    lo comerán y alabarán al SEÑOR.
Los que trabajen el vino
    lo beberán en mis patios santos».

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Footnotes

  1. 62:8 mano derecha y fuerte brazo Puede referirse al acto de hacer una promesa o juramento. También podría referirse al gran poder que Dios usará para cumplir su promesa.