20 ¡Salgan de Babilonia!
    ¡Huyan de los babilonios![a]
Anuncien esto con gritos de alegría
    y háganlo saber.
Publíquenlo hasta en los confines de la tierra;
    digan: «El Señor ha redimido a su siervo Jacob».

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Footnotes

  1. 48:20 Lit. caldeos.

20 ¡Salgan de Babilonia!(A) ¡Huyan de entre los caldeos! ¡Anuncien esto con voces de alegría! ¡Denlo a conocer, difúndanlo hasta los últimos rincones de la tierra! ¡Digan que el Señor ha redimido a Jacob, su siervo!

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La respuesta del Señor

«¡Miren a las naciones!
    ¡Contémplenlas y quédense asombrados!
Estoy por hacer en estos días una obra,
    que si se la contara, no la creerían.
Estoy incitando a los babilonios,[a]
    ese pueblo despiadado e impetuoso,
que recorre toda la tierra
    para apoderarse de territorios ajenos.
Son un pueblo temible y espantoso,
    que impone su propia justicia
    y promueve su propia honra.

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Footnotes

  1. 1:6 Lit. caldeos.

Los caldeos, azote de Judá

«Miren entre las naciones, y vean, y asómbrense. Yo voy a hacer en sus días algo, a lo que ustedes no darán crédito, aunque se les cuente.(A) Estoy por hacer que vengan los caldeos,(B) un pueblo cruel y tenaz que recorre toda la tierra para adueñarse de los territorios de otros pueblos. Es un pueblo formidable y terrible, que por sí mismo decide lo que es justo y digno.

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La caída de Babilonia

47 »Desciende, siéntate en el polvo,
    hija virginal de Babilonia;
siéntate en el suelo, hija de los babilonios,[a]
    pues ya no hay trono.
Nunca más se te llamará
    tierna y delicada.

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Footnotes

  1. 47:1 Lit. caldeos.

Veredicto contra Babilonia

47 »¡Baja de tu trono y siéntate en el polvo, virginal ciudad de Babilonia!(A) ¡Tu trono es ahora el suelo, destronada ciudad de los caldeos! ¡Nunca más volverán a llamarte “tierna y delicada”!

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Luego oí otra voz del cielo que decía:

«Salgan de ella, pueblo mío,
    para que no sean cómplices de sus pecados
    ni los alcance ninguna de sus plagas;

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Oí entonces otra voz del cielo, que decía: «Ustedes, los de mi pueblo, salgan de esa ciudad(A) para que no participen de sus pecados ni reciban parte de sus plagas;

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