22 No se contenten solo con oír la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica. 23 El que escucha la palabra, pero no la pone en práctica, es como el que se mira el rostro en un espejo 24 y después de mirarse, se va y se olvida enseguida de cómo es. 25 Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.

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22 Sed hacedores de la palabra(A) y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra, y no hacedor, es semejante a un hombre que mira su rostro natural[a] en un espejo(B); 24 pues después de mirarse a sí mismo e irse, inmediatamente[b] se olvida de qué clase de persona es. 25 Pero el que mira atentamente[c] a la ley perfecta, la ley de la libertad(C), y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz[d], este será bienaventurado en lo que hace[e](D).

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Footnotes

  1. Santiago 1:23 O, naturaleza; lit., el rostro de su nacimiento
  2. Santiago 1:24 Lit., e inmediatamente
  3. Santiago 1:25 O, considera cuidadosamente
  4. Santiago 1:25 Lit., hacedor de una obra
  5. Santiago 1:25 Lit., en su hacer