25 Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad y persevera en ella, no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo, recibirá bendición al practicarla.

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25 En cambio, el que fija la mirada en la ley perfecta, que es la ley de la libertad, y no se aparta de ella ni se contenta sólo con oírla y olvidarla, sino que la practica, será dichoso en todo lo que haga.

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25 Pero el que mira atentamente[a] a la ley perfecta, la ley de la libertad(A), y permanece en ella, no habiéndose vuelto un oidor olvidadizo sino un hacedor eficaz[b], este será bienaventurado en lo que hace[c](B).

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Footnotes

  1. Santiago 1:25 O, considera cuidadosamente
  2. Santiago 1:25 Lit., hacedor de una obra
  3. Santiago 1:25 Lit., en su hacer

Hay que poner en práctica la palabra

19 Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse;

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Poniendo en práctica la palabra

19 Por eso, amados hermanos míos, todos ustedes deben estar dispuestos a oír, pero ser lentos para hablar y para enojarse,

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Hacedores de la palabra

19 Esto sabéis[a](A), mis amados hermanos(B). Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar(C), tardo para la ira(D);

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Footnotes

  1. Santiago 1:19 O, Sabed esto

37 Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier otra cosa que digan más allá de esto proviene del maligno.

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37 Cuando ustedes digan algo, que sea “sí, sí”, o “no, no”; porque lo que es más de esto, proviene del mal.

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37 Antes bien, sea vuestro hablar[a]: «Sí, sí» o «No, no»; y lo que es más de esto, procede del mal[b](A).

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Footnotes

  1. Mateo 5:37 O, vuestra palabra
  2. Mateo 5:37 O, del maligno

También la lengua es un fuego, un mundo de maldad entre nuestros órganos. Contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende fuego a todo el curso de la vida.

El ser humano sabe domar y, en efecto, ha domado toda clase de fieras, de aves, reptiles y bestias marinas; pero nadie puede domar la lengua. Es un mal irrefrenable, lleno de veneno mortal.

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Y la lengua es fuego; es un mundo de maldad. La lengua ocupa un lugar entre nuestros miembros, pero es capaz de contaminar todo el cuerpo; si el infierno la prende, puede inflamar nuestra existencia entera. La gente puede domesticar y, en efecto, ha domesticado, a toda clase de bestias, aves, serpientes y animales marinos, pero nadie puede domesticar a la lengua. Ésta es un mal indómito, que rebosa de veneno mortal.

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Y la lengua es un fuego(A), un mundo de iniquidad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, la cual contamina todo el cuerpo(B), es encendida por el infierno[a](C) e inflama el curso[b] de nuestra vida[c]. Porque todo género[d] de fieras y de aves, de reptiles y de animales marinos, se puede domar y ha sido domado por el género[e] humano, pero ningún hombre puede domar la lengua; es un mal turbulento y lleno de veneno mortal(D).

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Footnotes

  1. Santiago 3:6 Gr., guéenna
  2. Santiago 3:6 Lit., la rueda
  3. Santiago 3:6 O, existencia, u, origen
  4. Santiago 3:7 Lit., naturaleza
  5. Santiago 3:7 Lit., naturaleza