Add parallel Print Page Options

En un momento yo puedo hablar contra una nación o contra un reino, de arrancar, de derribar y de destruir(A); pero si esa nación contra la que he hablado se vuelve de su maldad(B), me arrepentiré del mal que pensaba traer sobre ella(C). Y de pronto puedo hablar acerca de una nación o de un reino, de edificar y de plantar(D); 10 pero si hace lo malo ante mis ojos, no obedeciendo mi voz(E), entonces me arrepentiré del bien con que había prometido bendecirlo[a](F).

Read full chapter

Footnotes

  1. Jeremías 18:10 Lit., hacerle bien

En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar. 10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.

Read full chapter

En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un reino; pero si la nación de la cual hablé se arrepiente de su maldad, también yo desistiré del castigo que había pensado infligirles. En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino. 10 Pero si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, yo desistiré del bien que había pensado hacerles.

Read full chapter

18 Hijo de hombre, laméntate por la multitud de Egipto, hazla descender, a ella y a las hijas de las naciones(A) poderosas, a las profundidades de la tierra(B), con los que descienden a la fosa(C);

Read full chapter

18 Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura.

Read full chapter

18 «Hijo de hombre, entona un lamento sobre las multitudes de Egipto y, junto con las ciudades de las naciones más poderosas, hazlas descender con los que bajan a la fosa, a las regiones más profundas.

Read full chapter

porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios(A) para la destrucción de fortalezas(B);

Read full chapter

porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,

Read full chapter

Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

Read full chapter