²² He aquí, daré órdenes» —declara el Señor— «y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra ella, la tomarán y le prenderán fuego^(A); y haré de las ciudades de Judá una desolación sin habitantes^(B)».

²³ Y todas tus mujeres y tus hijos serán llevados a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que serás apresado por la mano del rey de Babilonia^(A), y esta ciudad será incendiada^(B)».

² En el año undécimo de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, se abrió brecha en el muro de la ciudad^(A). ³ Y entraron todos los oficiales del rey de Babilonia^(B) y se sentaron en la puerta Central: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarse-quim el Rabsaris^[a], Nergal-sarezer el Rabmag^[b] y todos los demás oficiales del rey de Babilonia^(C). ⁴ Y sucedió que cuando los vieron Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino del jardín del rey, por la puerta entre los dos muros^(D); y se fueron^[c] por el camino del Arabá^[d](E). ⁵ Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos^[e] de Jericó^(F); lo apresaron y lo llevaron a Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia^(G), dictó sentencia contra él^(H). ⁶ Entonces el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos^(I) en Ribla; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá^(J). ⁷ Después sacó los ojos a Sedequías y lo ató^(K) con grillos de bronce para llevarlo a Babilonia^(L). ⁸ Y los caldeos prendieron fuego al palacio^[f] del rey y a las casas del pueblo^(M) y derribaron los muros de Jerusalén^(N).