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Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos[a] de Jericó(A); lo apresaron y lo llevaron a Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia(B), dictó sentencia contra él(C). Entonces el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos(D) en Ribla; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá(E). Después sacó los ojos a Sedequías y lo ató(F) con grillos de bronce para llevarlo a Babilonia(G). Y los caldeos prendieron fuego al palacio[b] del rey y a las casas del pueblo(H) y derribaron los muros de Jerusalén(I). Y en cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores que se habían pasado[c] a él, y los demás del pueblo(J) que quedaban(K), Nabuzaradán, capitán de la guardia(L), los llevó cautivos a Babilonia(M).

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Footnotes

  1. Jeremías 39:5 Lit., el Arabá
  2. Jeremías 39:8 Lit., casa
  3. Jeremías 39:9 Lit., caídos que habían caído

Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia.

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