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Caída de Jerusalén

39 En enero[a] del noveno año del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor[b] de Babilonia llegó con todo su ejército para sitiar Jerusalén. Dos años y medio más tarde, el 18 de julio[c] del año once del reinado de Sedequías, abrieron una brecha en la muralla de la ciudad. Todos los oficiales del ejército babilónico entraron y, en señal de su triunfo, se sentaron en la puerta Central: Nergal-sarezer de Samgar y Nebo-sarsequim,[d] un oficial principal, Nergal-sarezer, consejero del rey, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia.

Cuando el rey Sedequías de Judá y todos los soldados vieron que los babilonios habían invadido la ciudad, huyeron. Esperaron hasta la caída del sol y entonces se deslizaron por la puerta que está entre las dos murallas detrás del jardín real y se dirigieron al valle del Jordán.[e]

Sin embargo, las tropas babilónicas[f] los persiguieron y alcanzaron a Sedequías en las llanuras de Jericó. Lo capturaron y lo llevaron ante el rey Nabucodonosor de Babilonia, que se encontraba en Ribla, en la tierra de Hamat. Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra Sedequías. El rey de Babilonia hizo que Sedequías observara mientras masacraba a sus hijos en Ribla. El rey de Babilonia también masacró a todos los nobles de Judá. Luego le sacó los ojos y lo ató con cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia.

Mientras tanto, los babilonios quemaron Jerusalén, incluidos el palacio real y las casas del pueblo, y derribaron las murallas de la ciudad. Entonces Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó cautivas a Babilonia a las personas que quedaban en la ciudad, a las que habían desertado para unirse a sus filas y a todas las que quedaban. 10 Pero Nabuzaradán permitió que algunos de los más pobres se quedaran en la tierra de Judá, y los hizo responsables de cuidar los viñedos y los campos.

Jeremías permanece en Judá

11 El rey Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán, capitán de la guardia, que encontrara a Jeremías. 12 «Asegúrate de que no esté herido—le dijo—, trátalo bien y dale todo lo que quiera». 13 Así que Nabuzaradán, capitán de la guardia; Nabusazbán, un oficial principal; Nergal-sarezer, consejero del rey; y los demás oficiales del rey de Babilonia 14 enviaron mensajeros para que sacaran a Jeremías de la prisión. Lo pusieron al cuidado de Gedalías, hijo de Ahicam y nieto de Safán, quien lo llevó de regreso a su casa. Entonces Jeremías permaneció en Judá, entre su propio pueblo.

15 El Señor le dio a Jeremías el siguiente mensaje cuando todavía estaba en prisión: 16 «Dile a Ebed-melec el etíope:[g] “Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: ‘Cumpliré en esta ciudad todas mis amenazas; enviaré desastre y no prosperidad. Tú mismo verás su destrucción, 17 pero te libraré de aquellos a quienes tanto temes. 18 Como has confiado en mí, te daré tu vida como recompensa; te rescataré y te mantendré seguro. ¡Yo, el Señor, he hablado!’”».

Footnotes

  1. 39:1a En hebreo En el décimo mes, del antiguo calendario lunar hebreo. Varios sucesos del libro de Jeremías pueden corroborarse con las fechas que aparecen en los registros babilónicos que se han conservado, y pueden relacionarse de manera precisa con nuestro calendario moderno. Ese suceso ocurrió el 15 de enero del 588 a. C.; ver 52:4 y la nota al pie de página.
  2. 39:1b En hebreo Nabucad-retsar, una variante de Nabucodonosor; también en 39:5, 11.
  3. 39:2 En hebreo el noveno día del cuarto mes. Este día fue el 18 de julio del 586 a. C.; también ver la nota en 39:1a.
  4. 39:3 O Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim.
  5. 39:4 En hebreo al Arabá.
  6. 39:5 O caldeas; similar en 39:8.
  7. 39:16 En hebreo el cusita.

Caída de Jerusalén

(2 R. 24.20—25.21; 2 Cr. 36.17-21; Jer. 52.3-30)

39 En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. Y en el undécimo año de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el muro de la ciudad. Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de Babilonia. Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. Pero el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de este en Ribla, haciendo asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. Y sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a Babilonia. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó a Babilonia. 10 Pero Nabuzaradán capitán de la guardia hizo quedar en tierra de Judá a los pobres del pueblo que no tenían nada, y les dio viñas y heredades.

Nabucodonosor cuida de Jeremías

11 Y Nabucodonosor había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia acerca de Jeremías, diciendo: 12 Tómale y vela por él, y no le hagas mal alguno, sino que harás con él como él te dijere. 13 Envió, por tanto, Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los príncipes del rey de Babilonia; 14 enviaron entonces y tomaron a Jeremías del patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo.

Dios promete librar a Ebed-melec

15 Y había venido palabra de Jehová a Jeremías, estando preso en el patio de la cárcel, diciendo: 16 Ve y habla a Ebed-melec etíope, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia tuya. 17 Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. 18 Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.

39 En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia y todo su ejército marcharon contra Jerusalén y la sitiaron. El día nueve del mes cuarto del año undécimo del reinado de Sedequías, abrieron una brecha en el muro de la ciudad, por la que entraron todos los oficiales del rey de Babilonia, hasta instalarse en la puerta central: Nergal Sarézer de Samgar, Nebo Sarsequín,[a] un oficial principal, Nergal Sarézer, también un alto funcionario, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia. Al verlos, el rey Sedequías de Judá y todos los soldados huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino del jardín del rey, por la puerta que está entre los dos muros, tomando el camino del Arabá.[b]

Pero el ejército babilonio[c] los persiguió hasta alcanzarlos en las llanuras de Jericó. Capturaron a Sedequías y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Jamat. Allí dictó sentencia contra Sedequías y, ante sus propios ojos, el rey hizo degollar a sus hijos y a todos los nobles de Judá. Luego mandó que a Sedequías le sacaran los ojos y le pusieran cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia.

Los babilonios prendieron fuego al palacio real, a las casas del pueblo y derribaron los muros de Jerusalén. Finalmente, Nabuzaradán —comandante de la guardia—, llevó cautivos a Babilonia tanto al resto de la población como a los desertores; es decir, a todos los que quedaban. 10 Nabuzaradán, comandante de la guardia, solo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, que no poseían nada. En aquel día les asignó campos y viñedos.

11 En cuanto a Jeremías, el rey Nabucodonosor de Babilonia había dado la siguiente orden a Nabuzaradán, el comandante de la guardia: 12 «Vigílalo bien, sin hacerle ningún daño y haz con él como él mismo te diga». 13 Nabuzaradán, comandante de la guardia, Nebusazbán, un oficial principal, Nergal Sarézer, un alto funcionario, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia 14 mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia. Se lo confiaron a Guedalías, hijo de Ajicán y nieto de Safán, para que lo llevaran de vuelta a su casa. Así Jeremías se quedó a vivir en medio del pueblo.

15 Aún estaba Jeremías preso en el patio de la guardia cuando la palabra del Señor vino a él: 16 «Ve y dile a Ebedmélec, el cusita, que así dice el Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel: “Voy a cumplir las palabras que anuncié contra esta ciudad, para mal y no para bien. En aquel día, tú serás testigo de todo esto. 17 Pero en ese mismo día yo te rescataré —afirma el Señor—, y no caerás en las manos de los hombres que temes. 18 Porque yo te libraré —afirma el Señor—, y no caerás a filo de espada; antes bien, tu vida será tu botín, porque has confiado en mí”».

Footnotes

  1. 39:3 Nergal … Sarsequín. Alt. Nergal Sarézer, Samgar Nebo, Sarsequín.
  2. 39:4 del Arabá. Alt. del valle del Jordán.
  3. 39:5 Lit. caldeo.