Add parallel Print Page Options

Y el poderoso Dios de Israel les ordena:

«¡Corten árboles!
¡Construyan una rampa
y ataquen a Jerusalén!
Sus habitantes serán castigados;
son gente muy injusta.
Abunda la maldad en Jerusalén
como abunda el agua en el mar.
No se oye hablar en ella
más que de violencia y destrucción,
ni se ve ninguna otra cosa
que no sean heridas y dolor.
¡Cambien de conducta,
habitantes de Jerusalén!
De lo contrario, los abandonaré
y convertiré su país en un desierto».

Read full chapter

Porque así dijo Jehová de los ejércitos: Cortad árboles, y levantad vallado contra Jerusalén; esta es la ciudad que ha de ser castigada; toda ella está llena de violencia. Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así ella nunca cesa de manar su maldad; injusticia y robo se oyen en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida. Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, para que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada.

Read full chapter